En el año 2002 Rob Marshall dirigió la película musical estadounidense "Chicago".
Noches de cabaret, asesinatos, fama y pasiones. Una enredada película compuesta por una GRAN serie de personajes femeninos.
Y por supuesto, será un honor para mi inspirarme en ella para componer uno de mis escritos.
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viernes, 29 de julio de 2011
lunes, 25 de julio de 2011
"Los Monstruos de las épocas"
Después de una lectura e interiorización de la "Literatura histórica" surgen épocas a la velocidad que pasan los capítulos de los libros que deboro.
Tornan de cielos despejados a oscuras mazmorras. Y en la humedad de los castillos de piedras rotas, nacen princesas o doncellas insignificantes, que se perderán en la historia (uno de los monstruos).
Puestos a sacar defectos, algunos autores describen a sus contrincantes como "Monstruos de la naturaleza", realmente la rabia de la superación (otro monstruo) crea versos descifrables y didácticos para todo aquel insensato que los lea, se interese y posea ganas de hundimiento hacia otro ser humano.
El monstruo del afán de destrucción, principalmente humano, aunque con otro seres vivos también se experimenta hasta dar el ácido deseado. ¿Por qué tener oponentes y aumentar mi creación y autosuperarme si puedo acabar con ellos? Fácil y sencillo, la muerte se ocupa de todo, las únicas instrucciones es efectuarla.
Algunos, describen tinieblas... cementerios, lugares donde mueren todos los monstruos.
Del Vitalismo al Ascetismo. ¿Para qué o por qué vivir engañados con la absoluta inexistencia de la felicidad? Deseos, goces... todos ellos rotos o carcomidos por "el monstruo del Ascetismo". Solo el realismo oscuro aportado por la religión, el hambruna, guerras y la obsesión por la muerte. Eran los diablos introducidos en los cuerpos de los seres humanos que vagaban por las calles inundadas de ratas y peste.
Despertamos en un Neoclásico sueño. Y una paradójica frase por mi parte. El "arte de la razón" (otro monstruo conocido) que lleva a muchas vidas al borde de la locura. Expresar sentimientos en un único lienzo (esto último puede ser cambiado). Una vista pausada de un sentimiento, creado por los mismos dedos humanos. Quizá muchos de nuestros sentimientos estén así, congelados con la frialdad que derrochamos. Pero sólo el Barroco nos demostrará eso, mientras que el neoclásico nos representa la serena, solemne, tranquila... expresión del rostro. Demasiada fuerza para imaginar y respirar filosofía.
Hartos de que sus sentimientos sean censurados, aparece el "Monstruo de la libertad llamado Prerromanticismo". Amor, lágrimas... escritos destinados a nuestros podridos corazones. Quizá una lágrima reviva esa muerte y el dolor creará las cenizas que resurgirán como el ave Fénix.
Sin olvidar a los héroes dramaturgos que nos adentraron a toda esta historia. Y novelas pícaras que representan el realismo de la decadencia moral y económica. Y a la novela Bizantina que da alas a la aventura y a la fantasía.
Tornan de cielos despejados a oscuras mazmorras. Y en la humedad de los castillos de piedras rotas, nacen princesas o doncellas insignificantes, que se perderán en la historia (uno de los monstruos).
Puestos a sacar defectos, algunos autores describen a sus contrincantes como "Monstruos de la naturaleza", realmente la rabia de la superación (otro monstruo) crea versos descifrables y didácticos para todo aquel insensato que los lea, se interese y posea ganas de hundimiento hacia otro ser humano.
El monstruo del afán de destrucción, principalmente humano, aunque con otro seres vivos también se experimenta hasta dar el ácido deseado. ¿Por qué tener oponentes y aumentar mi creación y autosuperarme si puedo acabar con ellos? Fácil y sencillo, la muerte se ocupa de todo, las únicas instrucciones es efectuarla.
Algunos, describen tinieblas... cementerios, lugares donde mueren todos los monstruos.
Del Vitalismo al Ascetismo. ¿Para qué o por qué vivir engañados con la absoluta inexistencia de la felicidad? Deseos, goces... todos ellos rotos o carcomidos por "el monstruo del Ascetismo". Solo el realismo oscuro aportado por la religión, el hambruna, guerras y la obsesión por la muerte. Eran los diablos introducidos en los cuerpos de los seres humanos que vagaban por las calles inundadas de ratas y peste.
Despertamos en un Neoclásico sueño. Y una paradójica frase por mi parte. El "arte de la razón" (otro monstruo conocido) que lleva a muchas vidas al borde de la locura. Expresar sentimientos en un único lienzo (esto último puede ser cambiado). Una vista pausada de un sentimiento, creado por los mismos dedos humanos. Quizá muchos de nuestros sentimientos estén así, congelados con la frialdad que derrochamos. Pero sólo el Barroco nos demostrará eso, mientras que el neoclásico nos representa la serena, solemne, tranquila... expresión del rostro. Demasiada fuerza para imaginar y respirar filosofía.
Hartos de que sus sentimientos sean censurados, aparece el "Monstruo de la libertad llamado Prerromanticismo". Amor, lágrimas... escritos destinados a nuestros podridos corazones. Quizá una lágrima reviva esa muerte y el dolor creará las cenizas que resurgirán como el ave Fénix.
Sin olvidar a los héroes dramaturgos que nos adentraron a toda esta historia. Y novelas pícaras que representan el realismo de la decadencia moral y económica. Y a la novela Bizantina que da alas a la aventura y a la fantasía.
domingo, 17 de julio de 2011
"Welcome to the black parade"
En noches que el cielo deja ver sus lágrimas.
Cuerpo ahogado de soledad huye de sus tinieblas para adentrarse en una escapada sin romanticismo hasta la cima más alta. Allí las estrellas poseen la belleza que en noches desde la ventana nunca veo. Un abrigo grisáceo arropa la piel que cubre mi interior; el interior al que teme la propia poseedora. Ni el miedo se atreve a acercarse por los rincones en los que me hallo. Una suave brisa levanta el pelo que un día tuvo vida, que causó sensaciones indescriptibles. Unos labios que jamás nadie rozó y unas manos que escriben, escriben y escriben...
Las horas surcan el reloj dormido en el hueso de la muñeca. Y el amanecer me da los buenos días con su deslumbrante nacimiento. El despertar de las libélulas, ya es la hora.
Cientos de libélulas, giran a mi alrededor como el viento, tornados, huracanes y demás fenómenos naturales.
Con sus alas de seda rozan mis mejillas y señalan el rumbo que tal vez debería seguir.
Quizá, cada día deba nacer de nuevo junto al amanecer y yacer cada noche junto al anochecer.
Cuerpo ahogado de soledad huye de sus tinieblas para adentrarse en una escapada sin romanticismo hasta la cima más alta. Allí las estrellas poseen la belleza que en noches desde la ventana nunca veo. Un abrigo grisáceo arropa la piel que cubre mi interior; el interior al que teme la propia poseedora. Ni el miedo se atreve a acercarse por los rincones en los que me hallo. Una suave brisa levanta el pelo que un día tuvo vida, que causó sensaciones indescriptibles. Unos labios que jamás nadie rozó y unas manos que escriben, escriben y escriben...
Las horas surcan el reloj dormido en el hueso de la muñeca. Y el amanecer me da los buenos días con su deslumbrante nacimiento. El despertar de las libélulas, ya es la hora.
Cientos de libélulas, giran a mi alrededor como el viento, tornados, huracanes y demás fenómenos naturales.
Con sus alas de seda rozan mis mejillas y señalan el rumbo que tal vez debería seguir.
Quizá, cada día deba nacer de nuevo junto al amanecer y yacer cada noche junto al anochecer.
http://www.youtube.com/v/85oWtqBwaYo
domingo, 10 de julio de 2011
"Cuervos y cisnes negros"
Un pasillo rodeado de plumas y tras mi paso, dando gracias al delicado viento que levantan mis talones, vuelan como pájaros tal vez un día fueron.
Hay un espejo al final, así que esquivando lo inevitable giro hacia la primera puerta que encuentro. No quiero verme los ojos este atardecer, no quiero ver quienes fueron y quienes son. Las gotas de "huida" las cuales contienen temblores y adrenalina fluyen por mi venas.
Entro a la habitación y un portazo tras de mi da comienzo a la función.
Unas pestañas emprenden el vuelo y unas velas dan un tono rojizo a los ojos que otro ser puede ver.
Las cadenas se empeñan en librarme de mis plumas de libertad. Unas yemas recorren mis hombros, dulcemente, adormeciendo mi rostro.
Y esos labios prometen deseos de princesas, bailes de las máscaras de los sentimientos, vals con flores muertas, tacones capaces de romper el suelo y labios que destrozan corazones.
De súbito mis ojos se abren, sin temor, sin miedo. Tan solo un levantar de pestañas finaliza el arder de las velas, mientras el humo gris rodea mis manos. Desato las cadenas y huyo, otra vez, con los "deseos de princesa" en la propia piel y hundidos en la misma. Las plumas níveas tornan a negras. Y las puertas del salón utilizan su magia para abrirse y darme a conocer al mundo de la mentira, al mundo de la maldad de los sentimientos. Ira enseña los dientes, Miedo se esconde, Rabia muerde, Asco frunce el ceño y Odio los protege a todos con una pistola. Su túnica negra hace que relama los labios y saboree a mi preciada Victoria. Mis ojos negros con un frío hilo de rojo miran a sus espectadores.
Tiembla el suelo, tiembla el corazón del Odio y sus sirvientes huyen.
Las plumas de cuervos y cisnes negros rodean mi caminar.
- Que dé comienzo el baile.- Anuncian.
Justo en este momento, comienza el asesinato.
Hay un espejo al final, así que esquivando lo inevitable giro hacia la primera puerta que encuentro. No quiero verme los ojos este atardecer, no quiero ver quienes fueron y quienes son. Las gotas de "huida" las cuales contienen temblores y adrenalina fluyen por mi venas.
Entro a la habitación y un portazo tras de mi da comienzo a la función.
Unas pestañas emprenden el vuelo y unas velas dan un tono rojizo a los ojos que otro ser puede ver.
Las cadenas se empeñan en librarme de mis plumas de libertad. Unas yemas recorren mis hombros, dulcemente, adormeciendo mi rostro.
Y esos labios prometen deseos de princesas, bailes de las máscaras de los sentimientos, vals con flores muertas, tacones capaces de romper el suelo y labios que destrozan corazones.
De súbito mis ojos se abren, sin temor, sin miedo. Tan solo un levantar de pestañas finaliza el arder de las velas, mientras el humo gris rodea mis manos. Desato las cadenas y huyo, otra vez, con los "deseos de princesa" en la propia piel y hundidos en la misma. Las plumas níveas tornan a negras. Y las puertas del salón utilizan su magia para abrirse y darme a conocer al mundo de la mentira, al mundo de la maldad de los sentimientos. Ira enseña los dientes, Miedo se esconde, Rabia muerde, Asco frunce el ceño y Odio los protege a todos con una pistola. Su túnica negra hace que relama los labios y saboree a mi preciada Victoria. Mis ojos negros con un frío hilo de rojo miran a sus espectadores.
Tiembla el suelo, tiembla el corazón del Odio y sus sirvientes huyen.
Las plumas de cuervos y cisnes negros rodean mi caminar.
- Que dé comienzo el baile.- Anuncian.
Justo en este momento, comienza el asesinato.
viernes, 1 de julio de 2011
"Let's go"
Hacer trampas en todos los juegos habidos y por haber siempre fue mi perdición, uno de los pequeños placeres de la vida que se disfrutan a sorbos y no a bocanadas.
Hasta que el destino me llevó a percatar[me] mejor, a explorar/perderme en mis propios sucesos. ¿Y qué ocurrió? Que jugué con demasiadas tentaciones, maté a los gatos de la curiosidad, me perdí en laberintos y escapé de jaulas.
Conocí ese Miedo al que todos temen. Comprobé la sensación cuando las piernas, desobedientes tiemblan. Estaba sentando en un sillón rojo, de terciopelo.
- Te estaba esperando... - Voz versus sillón, a ver cual posee más terciopelo de los dos. Las puertas se cerraban y daba comienzo la guerra de mi Mundo contra el Miedo. Ahí, en ese preciso instante comprendí que las trampas en la vida no sirven más que para hacer llagas, es decir, herirte a ti misma/o. Lancé una vela hasta sus ojos y huí mientras se retorcía de dolor. Sabía que no iba a durar por mucho tiempo, así que tan rápido como mis pies me permitieron corrí y corrí, escapando sin hacer trampas. ¿O acaso esa era una trampa? Quién sabe.
Hasta toparme con la sensación que te muerde. Esa que hace tanto a hombres y mujeres débiles.
- Bienvenida... yo también te estaba esperando desde hace muchos más años que el inútil miedo.- Él, también estaba presente, quemado pero aún con vida. Apareció junto a mi piel de gallina.
Hasta que el destino me llevó a percatar[me] mejor, a explorar/perderme en mis propios sucesos. ¿Y qué ocurrió? Que jugué con demasiadas tentaciones, maté a los gatos de la curiosidad, me perdí en laberintos y escapé de jaulas.
Conocí ese Miedo al que todos temen. Comprobé la sensación cuando las piernas, desobedientes tiemblan. Estaba sentando en un sillón rojo, de terciopelo.
- Te estaba esperando... - Voz versus sillón, a ver cual posee más terciopelo de los dos. Las puertas se cerraban y daba comienzo la guerra de mi Mundo contra el Miedo. Ahí, en ese preciso instante comprendí que las trampas en la vida no sirven más que para hacer llagas, es decir, herirte a ti misma/o. Lancé una vela hasta sus ojos y huí mientras se retorcía de dolor. Sabía que no iba a durar por mucho tiempo, así que tan rápido como mis pies me permitieron corrí y corrí, escapando sin hacer trampas. ¿O acaso esa era una trampa? Quién sabe.
Hasta toparme con la sensación que te muerde. Esa que hace tanto a hombres y mujeres débiles.
- Bienvenida... yo también te estaba esperando desde hace muchos más años que el inútil miedo.- Él, también estaba presente, quemado pero aún con vida. Apareció junto a mi piel de gallina.
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