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domingo, 13 de marzo de 2011

En ocasiones es como tener el corazón en las zarzas de la garganta.
Mirar alrededor y no ver nada. Estas vacío por dentro.
Aunque las ratas encontraron un lugar para vivir, dentro de ti, mudas dijeron "eres justo la alcantarilla que necesitábamos".
Destrozado buscas las cartas que te escribió un sentimiento, el sentimiento que te ha dejado tirado en el bordillo de la carretera. Lees y nada mas empezar lloras.
Tú estas vivo, pero recuerda, muerto en vida.
Ve al lago próximo, a un par de manzanas de aquí. Asómate y mira tu reflejo. Enamórate de él y ahogate.
Si la muerte te invita a bailar, sé que tú aceptarías. Pero...

Te invita un ángel, o eso crees. Te ofrece el océano en sus manos y un nuevo nacer. Exhausto de librar tantas batallas en los que el perdedor siempre fuiste tú, te rindes a sus pies.
Mal echo amigo, puedes darte cuenta que solo es lo que tu cabeza quiere creer, que alguien vendrá a quererte y salvarte.

-Te equivocaste como tantas otras veces....

Pero esta vez puedes respirar tranquilo, ya que una cuerda en tu cuello te empuja a hundirte como el Titanic y en las coordenadas de su hundimiento darás vida a otros seres.

Veo sus ojos... están vacíos y de un color grisáceo. Su piel es blanca y el cabello se eleva levemente por tu tez.
Se hundió sin ser feliz y saber nada de la vida, mientras que alguien escribió la historia de un corazón abandonado...