Escucho el supuesto mar en una concha, deseo poder optar a creer escuchar.
Deseo también, perderme en el océano de tus ojos. Y quizá ir más allá, entrelazándome poco a poco y demostrándote lo que necesitas con delicadeza.
Sé que si quito todos los petalos de una flor, acabará apareciendo, y puedo arrasar con jardines de Edén encontrando siempre las mismas flores afirmándome.
Aún en sueños espero un sueño para escribir en un futuro, a partir de mis quince inviernos mi vida estuvo "basada en sueños reales".
Disfrútala conmigo, y ¡solo conmigo!
- Cuando mi mundo...apaga el telón, es como cerrar los ojos y ver oscuridad, o por lo menos sentirla.
Invierno sale de cajas y en mitad del escenario hay un par de rodillas y un cuerpo abrazado a sí.
Los labios se resquebrajan, cristales crujen, cajas de bailarinas musicales finalizan la melodía, la nieve inunda el escenario, las mariposas mueren, las ratas abarcan la ciudad y se comen a los gatos, caperucita se enamora del lobo y hay una casa...a lo lejos, empezada por el tejado.
Una historia que empieza del revés, que no tiene sentido e invade mi cabeza buscando lo que tú me enseñaste " un por qué". La desesperación me abraza y tú sueltas sus zarpas dejándome caer entre tus brazos, los tuyos. Susurrándome princesa... y creéme, nunca escuché una voz que me calmara, que hiciera que dejara de llorar y mucho menos que quisiera escuchar en momentos así.
- Oh, sí. Bienvenida mi debilidad.