
Los periódicos buscaban a dos fugitivos, encadenados por un sentimiento en el puente de Brooklyn. Era una serie de cadenas porque mi sentimiento era secuestrado del ladrón de ojos de océano, tú.
"Ven aquí" ,susurraste. Abrías los brazos, para que mi cabeza se apoyara en tu pecho a escuchar tu corazón. Para que me entrelazara con tu cintura, cerraría los ojos y volviera a mirar al sol.
Estoy enamorada de tí. Y creo conocerme para saber que me costaría la muerte olvidarte. Me juego la vida, para que sepas que no miento.