
Desde la primera gota del rocío, junto con el alba hasta el crepúsculo.
Abrigada, mirando al lago. Puedo ver la luna tras lo árboles y sentir a la vez como el frío acaricia mi piel. Puedo sentir tantas cosas y tocar ninguna.
La bella durmiente dice que tengo ojeras, que estoy triste. Le ignoro, pero sé que es cierto y no se equivoca en nada de lo poco que ha dicho.
Aún sigo en el lago, miro mis pies y no sé que hacer ni que decir...
Estoy triste en mi mejor época. Y no es por otros acontecimientos pasados de mi vida, no... Es por tí y tu ausencia. Por estos escritos que lloran y duermen. Han pasado demasiadas horas, demasiado tiempo.
"El lago se hiela, mis ojos vacían, mi corazón late a cada lágrima y las comisuras entristecen más el rostro no expresa nada que ambos no conozcamos..."