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domingo, 3 de abril de 2011

"A la luz de la luna"


Vuelvo a las andadas...
Sus encajes dejaban una delicada piel pálida.
La luz ,entrometida, se adentraba sin permiso sobre sus pestañas. Que dulce era verla dormir, más dulce era el sabor de la cercanía.
Los labios rosados me esperanzaban mil y un deseos y el temor del rechazo.
Los grillos entonaban y la luna no podía, al igual que yo, resistirse a lo prohibido. La desnudez de sus piernas creaba el fuego dentro de mi, pero este jamás era ceniza.
Puedo describir a lo más bello, amar a la perfección y someterme a las torturas, de las cuales sus ojos tienen la culpa. Cómo decirle que no puedo resistirme a tenerla entre mis brazos y que si por mi fuera, estaría todo el día acariciándola.
Pero el miedo me corroe por dentro. No quiero romper una mariposa, por eso evito todo aquello que pueda llevarme al crimen.
Para ello me siento en un sillón y la veo dormir noche tras noche. Y debo darte las gracias querido insomnio, sin ti no lo conseguiría.
Incluso la melodía la acaricia, el tick- tack de un reloj Suizo... y la luna, la cual tan bella y puta la roba junto con la noche. La tiñe de negro y luz de ángel. Suplico que la dejéis en mi, pero la tristeza me sella la boca