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lunes, 30 de septiembre de 2013

Insomne enamorado

Erase una vez, era hoy, o sea ayer y será mañana, justo después de hoy. No estoy del todo segura, pero tengo la certeza de que cuando digo hoy fue hace un momento, el tiempo ni me detiene ni se preocupa si me deja atrás. Siempre con esa actitud tan 'pasota' y nosotros, ilusos, queremos atraparlo en relojes, decir la hora exacta cuando ya no lo es...

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Era de madrugada, ahora sigue siendo madrugada pero cada 'tiempo' que pasa se consume para ser día. Entonces sale el sol, pero aún es pronto, aunque no del todo. Depende de como lo mires, como siempre. La noche es joven dijeron y bien, es joven siendo vieja, envejeciendo en un cielo azul oscuro casi negro. Puede parecer absurdo pero solo diré que no lo es, el resto lo dejo a vuestra merced. 
El presente me desconcierta, pero eso lo dejaré para otra reflexión. 
Hoy, ahora, exactamente hace un momento cuando he empezado a escribir 'ahora' o mejor, a pensar en la palabra... exactamente en ese momento y no se hable mas. Soy una insomne enamorada. Soy, fui y seré, de eso no tengo la menor duda. 
Suelo divagar en este mi lar, donde nada es lo que parece porque igual no lo es y quizá nunca lo fue, pero me limito a 'ser', por si acaso. ¿Sabéis? Somos recuerdos, porque vivimos pero mientras vivimos somos pasado, ¿y de qué esta hecho este? de recueros. Lo maravilloso es que cada uno tiene sus propios recuerdos y estos son libres dentro de nosotros. ¡Qué sería de ellos sin nosotros! 
Cuando decimos que los recuerdos se pierden en el tiempo me gustaría inventar dentro de mi un mecanismo, por llamarlo de alguna forma, que pudiera volver al recuerdo y recordármelo, algo así como cuando giramos las agujas en sentido contrario, para volver atrás, un mecanismo complejo y paradójicamente dotado de una sencillez a la hora de usar. Quizá lo poseamos pero seamos completamente inconscientes de ello, como de tantas otras cosas, pero no lo sé. 
Querría tenerlo para quitarme esta ignorancia que me estremece y se acumula en mis pestañas. Decidir cuando llorar, cuando reír... seguramente acabaría ahogada en mi propio vaso. Me vería a mi misma medio llena, medio vacía, medio yo, medio desconocida y ¿qué hacer? Sumergirme en mi misma y se acabó, aunque nunca deje de acabarme.


Estos tiempos que corren, estos tiempos que vuelan y a veces siento que ni me dejo llevar. Y diréis ¿insomne enamorado de qué? Del tiempo que nos hace ceniza.



viernes, 27 de septiembre de 2013

Lullaby Rain

Quería susurrarte el vacío de tu ausencia,
mi dama bella.

Escribirte una nana para que así duermas con ella.
Qué mas quiere una pobre ilusa que hacer de su amor,
de ti, amor, una soñadora.

Despertarte a besos con sabor a rosas frescas,
color escarlata, para excusarme por ser la causante
de enrojecer tu sonrisa.

Llevarte el desayuno en bandeja de plata
mi corazón aún latente, mi razón desesperada
por ser incapaz de no ser débil ante tus lágrimas.

Quería susurrarte el vacío de tu ausencia,
mi dama bella.

Cogerte en volandas y salir fuera
para que vieras que la perfección se crea
con tu piel y un cielo gris perla.

Sentarte conmigo, y estremecerte
con la brisa matutina que alberga nuestros días,
que no serían sin tu presencia.

Enseñarte todas y cada una de las flores
que humedeces con tus lágrimas, las cuales
rozan con ternura mis huesos hasta cobijarse en ellos.

Quería susurrarte el vacío de tu ausencia,
mi dama bella.

Pensarte mientras estás a mi vera
perdida en el crepúsculo de un atardecer,
que hace brillar tu cuerpo cual estrella.

Dejarte ver mientras me siento como un niño
mirándote sin que tú me veas,
hazme creer que es así y seré el más feliz de la tierra.

Hacerte rascacielos
porque a mi juicio eres lo inalcanzable
que un día contruyó mi efímera existencia.

Quería susurrarte el vacío de tu ausencia,
mi dama bella.

Adorarte cuando el sol duerma
porque sé con certeza que encajas
entre mi corazón y mi cabeza.

Quererte como nadie te quiso en noches de vela,
mientras navegas en tus delirios
que me hacen encontrarte cual brújula fueras.

Amarte a medianoche y un minuto
por si temes que no lo sienta por tu condición
de no ser princesa.


Dulces sueños mi Lluvia.
Siempre tuya, Primavera.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Osadía a la poesía

Vístete de hierro,
acuéstate en mi hastío,
sé exigente como el silencio
entre el gentío.
Hazme el amor a la luz del flexo, 
donde mis reflexiones
cavaron su epitafio en puño y letra.
En el vacío de mi existencia ardes,
eres mi fuego interno
¿qué quieres de mi? Si el tiempo 
me consuminó hasta hacerme ceniza.
¿Y por qué te pienso? 
Porque tu recuerdo me muerde el alma
despertándome de este insomnio 
que susurra calma a esta ánima.
La realidad torna a un acantilado, 
un océano y una persona.
Pensar que un sólo paso me distancia
del abismo, pensar que sólo un paso,
y dar dos, por pensar que estoy
por encima del destino.
Pero no soy futuro, soy  pretérito 
consciente de que mi verdadero 
nombre es recuerdo.
Vivimos de recuerdos ¿por qué?
Porque es lo que somos.
No hay abismo, estoy en brazos del agua.
La tinta húmeda de mis hojas
de papel mojadas. Mis labios azules
queriendo ser océano, mis besos 
ahogándose en los versos, 
que decidieron ser por ti, tú 
le diste existencia a mi presencia.  
Soy un lobo de mar a la deriva
y tú quizá seas la cartografía
que mi corazón aulla a la luna, 
pero solo quizá, por si dueles.
¿Y cuándo tuvo importancia el dolor?
Quise amarte, a quién pretendo engañar 
diciéndote 'quizás'. Aunque jamás
leas mi osadía, amada poesía. 


lunes, 16 de septiembre de 2013

Reflexiones de una golondrina en la ciudad

Erase una vez un día que no sabía dónde mirar, podía decir que el cielo me embriagó con sus nubes pero no sería del todo cierto y siempre busco certeza entre tanta incertidumbre aunque la realidad duela. Si me considero soldado será por una razón, ¡qué menos que demostrármela! 
Iba por las calles de Santander, buscando algo sin saber qué, un entretenimiento quizá, algo que me desviara completamente de estos ojos que se te clavan y hacen que el pelo se erice como si estuviera a la defensiva en un combate poco fructífero, porque ¡vaya estupidez! acostumbrada a tanta mala persona que al final acabas creyendo que cualquiera puede hacerte daño y como un gato, afilas las uñas, con delicadeza, relamiendo cada palabra, sosteniéndola como arma blanca por si hay que disparar. Respira, deja que huya tu mirada, que vuele en libertad mientras por dentro estalla una tormenta inútil, la cual aún no lo sabes pero se te olvidará en el próximo adoquin. 
Por arte de magia aparece una curiosidad que llama mi atención tanto, que el mundo queda mudo entre el gentío y sólo con una 'n' de diferencia. Quién lo diría, acabo escuchando mi corazón deseoso de expresar qué siento y sin saber cómo empezar, siempre estamos en las mismas pero soy yo quien da el brazo a torcer y escribo para respirar. A ver si me explico

En la ciudad no sólo una, si no varias personas comparten un pensamiento que les une sin ser conscientes de ello, porque... ¿para qué íbamos a contar que vivimos en el último piso del edificio, que construimos un jardín en la terraza porque necesitamos respirar y equilibrar los niveles de humo en sangre? 
Quizá sea una reflexión absurda, pero yo no lo creo, y creo que si me explico puedo llegar a rebatir esa idea y darla por errónea. Si hay excepción para mi no hay regla, ¡eso sí que es absurdo! Prosigo, para mi la ciudad es una jaula, la cual compras, adquieres las llaves y vives en ella porque 'es lo que más me conviene dada mi situación' y sí, es el centro de la vida, y si lo llaman corazón de la ciudad podemos hacernos una ligera idea del por qué. Entonces como 'no hay mas remedio que sufrir la enfermedad' las personas deciden darse un respiro (y nunca mejor dicho), deciden hacer algo por lo que la convivencia con la ciudad resulte más amena, deciden crear un Amazonas a pequeña escala, para no sentirse tan consumidos y así, cuando se tumben en el suelo y miren al cielo se sentirán como si estuvieran en un claro del bosque, el dulzor de las plantas, la inmensidad del cielo azul... ¡qué mas se puede pedir estando en pleno bullicio! Ah si, una buena música, alguna melodía que exprese libertad. 

No nos confundamos, no son ilusos que se engañan intentando hacer de la ciudad una vil mentira, no. Son personas conscientes de dónde viven que han encontrado su pequeño respiro que abre los pulmones para que digan 'cuando salgo a la terraza sé que esto es la ciudad, pero soy feliz alzando en ella su lado opuesto, lo hago por mi y me hace feliz, quizá sea insuficiente pero mis caprichos no piden más dadas las condiciones' y con los pulmones más abiertos, se respira mejor. Aquí la lógica no tiene nada que hacer, ni que ver. La moraleja es 'convivir con la ciudad'.


martes, 10 de septiembre de 2013

El hombre que hizo de su amor un camino de rosas

Días perlas en los que la lluvia es mi flexo de reflexión. Doy gracias a mi cabeza por sentarse, por hacer de esta bravía un océano en calma, la tormenta me hizo entrar en razón.


Ama hasta que el corazón no te quepa en el pecho y decida hablar por ti.
Ama hasta que los pulmones no te quepan en las costillas y decidan qué oxígeno elegir. 
Ama a flor de piel. 
Ama en flor y hazla florecer.
Ama hasta que tu amor sea un camino de rosas.


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Desde el Empire State la ciudad parece tan destructible como las manos que la alzaron del suelo.
Desde mi corazón parezco tan destructible como la razón que lo llevó a ello.
- ¿Qué sentirías corazón si hiciera de tus cenizas fuego? Quiero confesarme ante el espejo. Quiero oír de tus labios mi voz. Ardería contigo en cualquier lecho, te haría humo por consumirte el ánima y sentirte mordiéndome los pulmones, besaría tus cenizas como hacía con tu cuerpo y por último, volvería a hacer que fueras mi fuego. Quiero explicarme, es decir: te destruiría cada vez que grites mi nombre por cualquier hombre.
Su voz de miel conseguirá hacerme enloquecer. ¿Qué sientes corazón? Dímelo tú, creo que por una vez estamos de acuerdo. Nada, no siento nada.

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El hombre le pidió a la lluvia que besara sus rosas.
El cielo lloró por el hombre, humedeciendo su amor.
El amor desnudó al hombre, frágil como su cordura.
El frágil hombre rompió la cordura, le hizo amar.
¿Qué siente hombre?
Siento que el amor es un camino de rosas.
Mírale a los ojos, pregúntale a quién ama, mírale
el alma, esta vacío.
¿Dónde esta tu corazón? Ella.
¿Dónde esta tu razón?     Ella.
El amor es un camino de rosas porque puede ser lo mas bello que encontremos en la vida. Su belleza abrumadora nos hace sangrar, cuánto amamos y cuánto duele la ausencia de nuestro amor.



miércoles, 4 de septiembre de 2013

'Ser tu razón de ser Otoño'

Siento punzadas en las costillas cuando hablo de amor. Quizá sea porque me 'vacía' haciéndome débil ante su voz de Otoño; mi mejor defensa, mi buen ataque, son las palabras y a causa de mi sentimiento acabo en muda consecuencia.
Cuando habla las hojas de árboles acarician el suelo, la gélida brisa estremece los pulmones, estos no son unos versos románticos que citen cómo se para el tiempo, esta es la cuna del silencio mecida por el viento. Así es cómo la realidad entró por la puerta sin llamar, viéndome desnuda y frágil a la luz de un Septiembre taciturno.
Enraicé incertidumbre con certeza y querría poder escribir que brotaron flores de un color ilusorio y eran las mas bellas, pero no sólo me engañaría a mi misma, sangró mi amor y nadie logró verlo yo era un árbol desnudo y las hojas color escarlata... imaginaos qué eran esas hojas y por qué decidí que agonizaran en la tierra, externas a mi cuerpo.
Me quedé ausente porque las églogas del corazón hacen que los poetas enloquezcan cuando escuchan el llanto de sus latidos. 
Querría que me vieras como una golondrina que no cambia tu balcón por una absurda estación. Pero sólo soy una humana que erra como condición, que escribe para respirar mientras tú, mi lluvia de Otoño, besas mi piel y tengo sed de ti.
Endúlzame los labios con tu cálida presencia. Ser tu razón de ser Otoño.
Que nos embriague el silencio en un lecho de hojas secas. Ansío que pidas mis pasos por donde pises, que quieras que el vuelo de mi vestido levante las hojas como tus pasiones.
Concédeme este baile para dos, que después llego yo y soy el Invierno.
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Es fácil entender por qué las rosas crecen en las ruinas. Es tan difícil darle un sentido poético como amar. Anoche me hubiera gustado tener a Hamlet velando por mis sueños.




domingo, 1 de septiembre de 2013

ÁNGEL

Aún las estrellas tiritan en el cielo, aún el cielo sigue con sueño y siento que 'aquí dentro' no va a despertar.
'Aquí dentro' siempre hace frío y siempre llueve, huele a humedad y a hierro.
Aquí soy de hierro y llueve cuando lloro por dentro. El cielo cumple mis deseos como un fiel genio, abrigándome de este Invierno tan estremecedor que me embriaga. Quiero que bajes la oscuridad del cielo, arropame en las nubes grises, juegas con la ventaja de que siempre haces buenas mis noches. Soy un gato relamiéndose las uñas que tiene las de perder, qué le voy a hacer, decidí jugar apostándome y acabé perdiéndome en tus ojos de hiel.
Era un gato que no dudaba de sí, capaz de besar la luna por demostrar más valentía que el ardiente sol. Eran tantos mis 'eres' que en un presente fui error. Pero ahí no esta mi 'final feliz', fui un error compartido, y ahora me pesa el corazón pese a la razón que busca sabios dónde no los hay.
Voy a confiar en que más abajo no se puede caer, pues una vez en el suelo quiero sacar conclusiones positivas, como dicen tantas bocas, el asfalto se retrata en mi espalda, las nubes están preciosas y la brisa que baila las hojas es conmovedora. Y yo, soy la chica de las lágrimas de hierro que cayó de bruces contra el suelo, como también soy la chica de las lágrimas de hierro que se levantó del suelo. No será la primera, ni la última vez, y duele.
Ahora siento más que nunca las alas de mi espalda, he decidido soñar en mundo de catastróficas desdichas, ser soñador en tiempos hostiles.

Busqué un ángel en el claro de luna de un bosque lúgubre y me encontré en una realidad más tétrica, a la luz de una bombilla en un sótano de una casa en ruinas. Era un ángel y eso es lo que importa. Con su pelo de fuego ardiendo por su espalda, sus pulmones cansados de tanto dolor, sus ojos dormidos como mariposas, su piel esperando el amor y sus palabras de ceniza en cada rincón. Era la chica perfecta para que fuera el ángel guardián de mi.