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miércoles, 30 de enero de 2013

Spring collection


Ayer recibí mis dos nuevos objetivos para mi amada Canon. Hoy he decido practicar un poco, estas fotografías son de prueba, sencillas y perfectas para la ocasión. Como podéis comprobar tienen un gran bokeh, debido al 1.8f. Estar ilusionada es poco, gracias a esto estoy un poco más contenta. 


domingo, 27 de enero de 2013

El Rey trae palomitas y películas.

Esperaba que llamaras a mi puerta y afortunadamente y por casualidades del destino me he levantado para abrirte. Darte la bienvenida con un beso es rutinario y tierno, siempre parece que es la primera vez que rozo tus labios, porque oh darling no eres droga, pero mi adicción a ti debería estar bajo control. 
Consigues retenerme entre tus brazos, en un abrazo de oso tan inmenso que quizá un día consigas que me desmaye entre tus brazos y sea tu bella durmiente (aunquelo primero me resulta repugnante). Luego respiras en mi cuello y creo que hay un problema en el sistema, porque escucho los pitidos que gritan "algo no va bien" y claro, si mi corazón le echa un pulso al tiempo probablemente eclosione. Aunque no tiene importancia, porque estoy enamorada y quizá siga viva, ¿por qué no?


Dormir es factible y soñar imposible, porque la realidad viene con la máscara de los sueños y estoy viviendo, pellízcame si lo deseas pero nada es más real que el tacto de tu piel. Llegas empapado hasta los huesos y revuelves tu pelo empapándome de la lluvia que traes contigo, es estúpido mojar a la lluvia, pero siempre consigues cometer estupideces adorables dignas de ser escritas. Un día me besaste y dijiste algo así como "besar a la lluvia bajo la lluvia" siento ser repetitiva, pero si sonríes ahora mismo es que te acuerdas (no lo dudo). Quítate la ropa, es por hacerte un favor. Dices que hoy estoy desaliñada, con un moño que parece estar raído por un exceso de ratones, por mi jersey hecho trizas por el paso del tiempo... - pero quieres callarte la boca, puedes tener una sonrisa adorable pero pareces una sirena con una identidad sexual masculina además, quiero que seas consciente de que estas aquí, cercano a mi calor pero a dos pasos esta la puerta y el felpudo dice "goodbye"-. Estremeces mis paredes con tus carcajadas y no lo entiendo, porque era una amenaza seria, disculpa, voy a esconder mi sonrisa para que no la veas. 
- Traigo palomitas- Creerás que esa es la solución a todos los problemas y depresiones si no te gusta el chocolate, pero te equivocas y si piensas que es un buen remedio eres enfermizo. De acuerdo, deja que las palomitas se hagan mientras maquino un plan maquiavélico para acabar con tu seguridad, porque en cuanto entras pareces el Rey de la casa. Y en verdad lo eres, pero tampoco te lo creas, aún no ha estallado una guerra en nuestro Reino. Conquista a la Reina y se cree que tiene la vida hecha, pero siempre me ha gustado poner trabas, jugar con el camino, pues un tropezón con una piedra es poca cosa y demasiado utilizado. 

Yo en una esquina del sofá, tú en la otra, yo aferrando mi taza de té, tu mirándome con picardía, yo ignorándote, tu tosiendo, yo atragantándome por intentar disimular la sonrisa bebiendo, tú beneficiándote de mi locura. Esto se convierte en una tira y afloja y haga lo que haga acabo a tu vera, o más bien tú a la mía, sabes que soy irresistible. El sonido del microondas, salvada por la campana. Vas, vienes, vas, el salón aparece con una manta, unas deliciosas palomitas y tú. Es una tarde perfecta, que más puede desear una adolescente haciéndose adulta. Me abrazas. Ahí te has pasado, suéltame. Vaya... parece que estoy atrapada, que injusta condena, digo acomodándome en tu pecho. - Sufriré en silencio- Ríes. Sacas una película de Tarantino, acabas de tocarme mi fibra sensible, estoy enamorada de ti y sé por lo que es. Sacas otra, Eastwood. Oh shit. 



viernes, 25 de enero de 2013

Las calles de París


La lluvia llama a mi ventana, su repiqueteo es tan dulce que no me lo pienso un minuto más, por si acaso después me remuerde la conciencia.

Hoy quiero hablar de Amor. Saco París del armario, sacaría Roma pero a mi me enamoran las luces de París y el romanticismo de un violín. 
Hueles a café y a cereza, siempre te he recordado así, cuando cierro los ojos te veo tumbada en la cama mordisqueando las cerezas que tanto te gustan y sonriendo, como acostumbras. Si te dijera lo que mordería, sabes de sobra que serían tus labios, pero prefiero no adelantar acontecimientos.
Bajar por un ascensor antiguo donde las florituras de forja cubren la piel y la hacen más delicada y atractiva de lo que ya es, cada resquicio es algo que me desboca.

La vanguardia de las calles de la ciudad parisina te atrapa, empezando por tus tobillos y subiendo con delicadeza, sin prisas pero con ansias de rozar lo que la ropa no deja ver. Dentro de tu pecho sé lo que se esconde, posando una mano lo escucho y besándote lo siento, porque me abrazas fuerte y eres tan apasionado.

Me recogí el pelo detrás de las orejas, para no impedir el curso del viento. Compré una rosa roja y caminé de su mano, esperando que una sombra extraña y reconocible me dijera: ¿Dónde estabas? He estado buscándote más de una vida. Me encanta que exagere, consigue sonsacarme una mueca y mis hoyuelos se alzan a la luz de las calles. Pero él no lo sabe, porque el hoyuelo esta en el lado que no ve. Prefiero enfurruñarme y morderme las uñas. Sé que recibiré un beso.
Una chica mas, pero la única de tus ojos. Eso me convierte en privilegiada para hacerte la vida absolutamente imposible y rondar tu cabeza para que no me olvides. Porque ahí dentro se esta a gusto, aunque a veces no logre leer lo que piensas, porque piensas tan atropellandamente que me desconciertas, por eso prefiero mirarte a los ojos. Que enmudezca el mundo un rato y pueda ver tus gestos, porque eres el chico de mis sueños. 
Hablas y hablas y solo sé y llego a las conclusiones de estar contigo toda la vida, aunque parezca poca. Hace frío. Tanto frío que mi abrigo más preciado lo cambié por tu piel y no te encuentro por ningún sitio. 
Entonces me empujan por detrás y me vendan los ojos, tu voz se cuela por las comisuras de mis mejillas aunque odie que me asustes. Y para mi sorpresa me coges en brazos y aparecemos en la torre Eiffel como dos locos enamorados a punto de echar a volar desde su cúspide. Eres idiota y lo sabes, pero prefieres callarme con un beso, así que no me queda otra que soportar tu crueldad. (Te encanta que te engañe con dulzura y lo sabes) París duerme y otro tanto enciende la luz de su habitación, es tan magnífico tenerte aquí conmigo que si me lo hubieran dicho hace cuatro años me hubiese pegado un tiro. 
Estoy dispuesta a aparecer sigilosa tras el sofá y tirarme encima de ti y morderte la barba que pincha. Lo detesto, pero me encanta, es una contradicción tan absurda que me enloquece. Por ahora quiero respirar el aire de París y escuchar como resuena tu pecho y ver lo nervioso que estás por mi opinión, no sé por qué te importa tanto si no me haces ni caso. 

No me enamora París, ni el romanticismo de sus calles, me enamoras tú. Déjame que te susurre algo al oído y que quede entre tú y yo. 




martes, 15 de enero de 2013

Tienes una sonrisa preciosa


"Tienes una sonrisa preciosa".

Mirar al cielo mientras llueve, suplicando una razón por la que estoy enamorada. Solo sé sonreír porque allá donde mire solo te veo a ti. 
Ser feliz es mas sencillo cuando tienes a alguien con quien sonreír. No te muerdas las uñas, sé en que piensas porque en tus ojos me veo a mi, arqueando una ceja, porque lo sé y es inevitable. Aunque me esconda mis labios bajo la mano izquierda sabes de sobra lo que encuentras si me retiras de la muñeca. 

Recuerdo cuando vi tu foto, la primera fotografía que veía de ti. Me quedé atónita y no sabía ni yo lo que sentía. Me froté los ojos y miré hacia otro lado, quizá me sentía observada por tus ojos perdidos en la niebla, solo sé que empezó a caerse la escarcha de mi corazón. Y poco tiempo después estaba lleno de gotas, como mis ojos, pues mi cabeza no comprendía nada o quizá, no quería romperse en mil pedazos. 
El mundo se calló la boca y el corazón gritaba mientras las pareces hacían retumbar el eco de mis latidos. Devuélveme el oxígeno, porque necesito respirar y eres tan... increíble que no sé como te lo has llevado todo. 

Tengo una pregunta para usted: ¿POR QUÉ?

Entonces la adolescencia se me atragantó. Sabía extrañamente dulce, fruncí el ceño porque eso no podía significar nada bueno. Tanto dulce acabaría cerniendo en mis ideas y confundiendo mis sospechas. Mientras en mis entrañas encendían fuegos artificiales yo sentía que el mundo se desplomaba bajo mis pies y que hacía vida en las nubes. Era tan confortable hasta el punto de estremecerme. 
Un día le pregunté a mi piel, ¿a dónde vas? a buscar el calor del que huyes¿El amor? Exacto, eso es lo que no quieres oír pero se encuentra en tu subconsciente. Volvía a mirarla y cerró de un portazo, yéndose sin mi. Aguanté unos días sin su cobijo, hasta que no pude soportar ser débil a la nada. Así que la encontré en la ciudad, estaba de espaldas, en los brazos de alguien. Y cuando quise pedir la devolución de mi piel resultó que una sonrisa arrebatadora me esperaba impaciente. En ese momento es cuando abres la boca y no consigues lidiar palabra, porque estás callando tu cabeza, pensando en algo cuerdo, intentando no cometer una estupidez, pensando en lo que estará viendo quien te mira a los ojos y en esa fracción de segundo ya has perdido tu turno. Porque la persona que sonríe acaba de preguntarte si te ocurre algo, ya que te nota pálida. (No, en absoluto solo estoy retando a tus ojos a ver quién es más blanca, porque no puedo dejar de mirarlos y mira que me fastidia parecer tan sumamente estúpida). No, solo me encuentro un poco mareada. No dormí mis 12 horas de siempre y claro... entonces hice el ridículo de la forma mas dulce posible, peleándome en mi interior sin saber que a aquel que me estaba mirando cada día le enamoraba más. ¿Vienes a por tu piel? Vengo a por ti. Cuando llegue a casa pienso coserme la boca hasta que la libertad de expresión sea su verdadero significado, MUDO. Pienso mantener una conversación con onomatopeyas, por si acaso. Entonces me acerco, para coger mi piel y me cogen por la piel. Mi debilidad acababa de someterme a una saturación de sentimientos, no recuerdo nada más, solo que desperté enamorada y aún parece que fue ayer. 
Si el puente de Brooklyn estaría bajo el agua si hubiera sentido lo que sentí con tu beso. El mundo entero hubiera caído en un parón y al retomarse no sabrían ni cómo se llaman. Y los enamorados de la Torre Eiffel hubieran vuelto a conocerseABSOLUTAMENTE NADA ESTARÍA COMO LO DEJÉ

Tengo una respuesta para ti: Encantado de conocerte, soy DESTINO. ¿Y tú? Me topo con tantas personas que opto por no darle importancia a ninguna. 


viernes, 11 de enero de 2013

Casualidades matutinas, cinco razones para usar los sentidos.

Siempre cabe la esperanza, pero esta vez espera en un banco melancólica deseando la confianza. Pero los humanos hemos aprendido a que esto último puede ser una broma de mal gusto.

Tazas de café para no dejar dormir a las pestañas que confunden la realidad con soñar despiertas. Habrá que deshacer las maletas, pues la felicidad absoluta no existe y me temo que no la traigo en ellas. Despojarse del abrigo, porque no hace frío, solo inunda el miedo. Necesito suspirar, las palabras no entran por la boca, así que nadie hará que diga lo que nunca saldrá de mis labios.

Será casualidad estar con la mente abierta y el corazón cerrado, sé que hay mucho que perder aunque por ello el juego no deja de ser tentador, es fácil leer en la mirada que guardáis ases en la manga, porque NUNCA OLVIDÉIS que los ojos son el reflejo del alma.
Primera casualidad: La vida puede hacernos perdedores.

Despertar sin sueño para variar.  Mi Don favorito es el de la palabra, porque no hay arma más letal que un puñado de estructuras con raciocinio prestas a luchar, siendo nosotros los luchadores. Combatiendo ante injusticias que se ciernen como espinas, siendo la piel rosa desnuda. El usufructo equivocado puede retorcer nuestra cabeza hasta cercionarnos de que hemos creado un increíble laberinto sin salida. Algo que puede resultar tan utópico como real. La cruda realidad siempre ha sabido diferente. Desorientado, sin saber qué hacer, las palabras no te van a sacar, usa un poco más de ti.
Segunda casualidad: La vida puede enjaularnos.

Despertar enloquecido. En un mundo lleno de gritos para un sordo. Cuando nada llega a entrar en la cabeza porque esta cansada de sustentar estupideces hipócritas. "No hay más sordo que el que no quiere oír", sencillo y potencialmente enrevesado. Los silencios hablan, escuchar, solo hay que hacerlo, pero si lo único que sabes hacer es darte cabezazos contra la pared serás el mas sordo de los mortales (además de un descerebrado). Escuchar y oír nunca fueron lo mismo.

Tercera casualidad: La vida puede silenciarnos.

Despertar entre la lluvia. Huele a viejo, mientras las sábanas están empapadas a la intemperie. "Este olor me resulta tan familiar que parece que fue ayer". A veces un olor nos remonta a un pasado lejano, tan lejano y reciente que fue ayer de hace unos años. La piel huele a cansancio, a polvo y el pecho esta sucio,  el dolor se acumula y huele a destrucción. Siempre recordaremos ese olor, porque alguna vez nos hemos destruido hasta acabar exhaustos en una cama empapada en lágrimas.
Cuarta casualidad: La vida puede olernos desde lejos. 

Despertar con la miel en los labios. Siento que soy una ficha de un puzzle y tú encajas perfectamente con mi cuerpo y entre mis brazos. Por eso sabes a cielo y otras mis labios se rompen contra un suelo de escarcha tan frío como la distancia. Acabo entre la tierra, muerta en vida ante un vacío que juraría que es infinito. Pero no me hago a la idea de que algo nunca puede acabar (por eso sigo viva, hasta que no sé ni yo misma donde esté). Retirando la sangre que crea surcos por las mejillas puedo decir:

Quinta casualidad: La vida puede saber a sangre.

Sexta casualidad: La vida puede ser tan tangible como el miedo. 










martes, 1 de enero de 2013

"La vida no es bella, ni cruel, es vida y neutra"

"Donde el corazón no tiene una razón de ser. Porque no es nadie sin tu ausencia".

Juraría haber estado aquí, porque huele a ceniza y ahí esta lo que dejé por si acaso. Resurgir de las cenizas nunca fue tan doloroso, porque tengo que revivir los recuerdos, hacer renacer en mi quien no quiero ser y el fuego de la memoria es el mas abrasador que existe. 
Arde cada recuerdo, haciendo estremecerme ante el dolor psíquico, porque duele dentro, justo aquí, en la cabeza. 
Pero sé que mis pasos quisieron llegar aquí, porque si no, no hubiera echado a correr para llegar al 0 y empezar. Quise volver por ti, me importo poco, prefiero ocuparme de ti mientras confío en la firmeza de tus manos.
Exhausta ante un pasado reciente y presente, cierro los ojos (sé que ahora, cuando los cierre no estaré ciega, porque lo errado es experiencia). Fluye la niebla entre mi piel, embriagándome en una sensación oscura, pero solo es oscuro el miedo, el miedo al miedo y la creación de él. Todo se debe a que la vida no es sencilla para comprenderla con una sola. Pero estoy aquí, firme a mis pensamientos, dispuesta a irme a dormir sabiendo una cosa nueva y emplearla para desenvolverme si la vida me oprime (y aunque me pese, que no cese mi error). 
Renacer en lágrimas, sé perfectamente lo que hago, aunque quizá algún día me de cuenta de que es una estupidez. Pienso en cada día que no me importaba nada mas que el cielo, en ver huir el agua del océano, en sentir un corazón solitario sin saber que estaba ahí. Hasta que la realidad me cogió del pecho y me tiró contra el suelo, abriendo heridas y despertándome del Reino de lo Absurdo, porque no existe ser mas absurdo que yo misma intentando no dar importancia a nada, porque nadie me importaba, ni quería conocer a nadie, porque no me importaban las lágrimas ni los sentimientos hacia mi. "Pero no me arrepiento de nada de lo ocurrido hace años, porque he llegado hasta aquí y eso es lo que importa".
Necesité un tiempo para levantarme del suelo (no todo ocurre de la noche a la mañana, requiere un tiempo, mas tiempo del imaginable, porque no hay que contar por horas, hay que contar por palabras). 
Entonces comprendes la voz de las palabras, hechas para un fin, para ser escuchadas o leídas. Son cuerpos que en boca de la desgracia pueden convertirse en letales, es la mejor arma que encontré, aunque cuando no pienso olvido las palabras y me vuelvo completamente extraña, reaccionando con la fuerza, luego servirá de algo. 
Me levanté del suelo hace tres años. Cuando los sentimientos de algunas personas me afectaron, cuando llegaron a mi sus voces, cuando comprendí que sus sonrisas eran sinceras, cuando lloraban en mi y no me pensaba en si poner o no el hombro (si me tienes es para siempre, y si solo quieres un hombro te doy mis brazos), cuando veía mas allá de sus ojos, cuando me importaba tanto que lloraba en casa, cuando hablaban mal de ellos y sin querer respondía, cuando alzaba los ojos si algo ocurría a quien quería, cuando estaría dispuesta a rendirme si es necesario, cuando el corazón comenzó a latir y lo supe. Sé a quienes quiero y por qué los quiero. No sé que hacer respecto a nada pero estoy dispuesta a afrontar. 
Cada día me conozco un poco mas y he aprendido a convivir conmigo y no vivir de mi. Pero aún cuando me miro al espejo me siento una desconocida. 
La vida no es bella, ni cruel, es vida y es neutra. Porque nunca se sabe qué pasará y si acabó de pasar lo que ocurrió hace un momento.
Cada vez que te despiertes recuerda que estas vivo, si es que esto es real.

Acabé con mis recuerdos, esta noche huele a ceniza, pero me resulta acogedor. Es como querer a alguien aunque no este aquí, sientes su calor aunque no este presente y si cierras los ojos respirando hondo, hueles su piel. 
Y aquí estoy, con los ojos bien abiertos, sabiendo que las estrellas fugaces no cumplen deseos excepto si yo soy una estrella fugaz. Tan efímera como las palabras y persistente como quieran las palabras de la historia. 

La vida es un libro que huele a viejo y relatado por un viejo del origen de los TIEMPOs.