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lunes, 24 de enero de 2011

"Una guerra"


Desnudos, encogemos los puños, apretamos el estómago y fruncimos tanto ojos como ceño.
Aprisionamos corazones con cárceles de sentimiento, con barrotes de mentira y verdades de fuego. Brindan a nuestras espaldas con sonrisas que ni existen y esperanzas que no darán una gota de "te quiero".
Esta es nuestra guerra...
Un violín suena en la última baldosa de la calle olvidada de cada pensamiento. Acompañado de un piano melancólico que refleja el añorar. Te prometo que los latidos van a estallar del pecho...
Bajo el cielo, comienza la batalla.
Ven, sígueme...
No, ya no. Ni a tí, ni a tu estupidez ni a tu rechazo. Pareceis ángeles, pero en realidad soys lunas, solo hay que conoceros por dentro o esperar una puñalada trapera para saber cual es la otra cara.
Rendidos, de rodillas, con lágrimas en los ojos y el corazón por los suelos, alzamos. Alzamos la última mirada de una antigua era, a una nueva.
Este es mi final, pero también el tuyo. Con una sola diferencia que será una herida. Tú no estarás, yo sí. Viviré para mi, mientras que tú vagarás por el mundo que creíste crear como mi bienvenida y libertad.
Este es nuestro sueño...
El cielo llora copos de nieve, somos elevados por un sentimiento, volvemos a vivir. Y ahora, se respira lo que siempre añoré...
Somos... felices...

Siempre nos hundirá cual titanic el afán de destrucción de un ser humano, perdón, dije hundirá, quería decir "lo intentará".


http://www.youtube.com/watch?v=-_gRRNfljk0&feature=related

¿Where...?


- Ven, sígueme...- Muerdo las uñas, indecisa. Amelie, dijo que hay que disfrutar de los pequeños placeres de la vida, pero me he quedado estancada. Es un sobre, en la palma de mis manos, con una opción. Y de ella un árbol y de él, sus frutos, de los cuales salen dos futuros totalmente complejos y diferentes. Pero hoy, vuelvo a perderme en el mapa.
He perdido el horizonte, he vivido, he querido
he estado segura, he confiado y he caido.
He alzado los ojos, cerrado y he vuelto a caer.
Y así infinitud de veces hasta que la rendición decida matarme, porque te advierto una cosa pequeña, no pienso rendirme.
Ahora me pido preocuparme por mí, ¿qué voy a hacer? si nunca antes había llegado a este laberinto de perdición. Invento niebla en el lago donde no la hay. Invento escusas que no hacen más que mentirme y engañarme.
Pero solo puedo inventar una realidad, una decisión. Necesito un pensar y un poco de ternura.
Mañana quizá será otro día...

"Cajón de sastre"

Con el frío incrustado en la piel, las mejillas ardiendo y en calcetines desparejados, salió a la calle. Pequeña, pero no delicada, solía decirse a si misma, valiente. Por afrontar pequeños detalles que un humano descerebrado no podría ni remediar ni apreciar.
Cogió un puñado de nieve, para llevar el agua entre sus dedos al cajón de sastre.
El desorden rebosaba de la madera carcomida. En él escondía todo aquello que puede hacer infeliz al portador de una vida, desde objetos hasta sentimientos, cruzando el diverso océano de más cosas. Al esconder la nieve encontró un soldadito de madera, sin sonrisa, el rostro totalmente inexpresivo. Apartó los restos de la poca nieve que quedaba y sacó el soldadito. ¿Sabes qué es lo mejor de nosotros? Dar vida a quién no la tiene. Recordó el antaño recuerdo y comenzó a sonar con voz grave un érase una vez...
Una lágrima se deslizó por la mejilla del soldadito y finalmente apretó su cabeza contra el propio corazón, cargado de lo que no se puede ver pero esta en cada rincón. La sala desprendió una luz, que dió paso a la creación de un árbol rompiendo las cuatro paredes que encajonaban a la muñeca y al soldadito. El soldadito creció, cual árbol. La muñeca se alzó con las manos vacías. Él las miró, el soldadito las miró y escuchó la mecánica del corazón. Éste, aportó al vacío lágrimas y sonrisas... junto con...
Adivina adivinanza, ¿qué es aquello que puede hacernos tanto sufrir como hacer feliz, qué es aquello que nos puede dar la vida o quitárnosla, qué sentimos sin querer?
Una pista, ¿cuál es realmente la debilidad de un ser humano?

miércoles, 12 de enero de 2011


Érase un navegador perdido en el océano, como tripulación un corazón y por mapa un destino. Mas su bandera no era otra cosa si no una simple daga atravesada.
Miraba el cielo con sus ojos vacíos, buscando algo en el fin del océano.
A lo lejos podía ver las nubes cargadas de tormenta. Se sentó en la barandilla, esperando. Las gotas salpicaban sus pies y la tormenta lo haría con la totalidad de su cuerpo. Dejó que se empapara, sintió cada lágrima camuflada entre las gotas de agua, sintió cada daga, vino el vacío acompañado de soledad...
Vagabundeó por los océanos, con un corazón olvidado y sin dueño. Con el corazón en la mano hizo el último impulso y lo arrojó al mar.

"Atardecer en el puente de Brooklyn"

El gorro gris por encima de las pestañas y las manos bien apretadas. Dijiste que estabas feliz, solo por estar a mi lado. Los labios resquebrajados de la chica que te ama te sonrieron. Pasaban los coches, los pájaros y el viento y yo solo tenía ojos para tí. El sol acariciaba nuestras caras con colores rojizos, atardecer... amado atardecer.
Los periódicos buscaban a dos fugitivos, encadenados por un sentimiento en el puente de Brooklyn. Era una serie de cadenas porque mi sentimiento era secuestrado del ladrón de ojos de océano, tú.
"Ven aquí" ,susurraste. Abrías los brazos, para que mi cabeza se apoyara en tu pecho a escuchar tu corazón. Para que me entrelazara con tu cintura, cerraría los ojos y volviera a mirar al sol.
Estoy enamorada de tí. Y creo conocerme para saber que me costaría la muerte olvidarte. Me juego la vida, para que sepas que no miento.

"Basado en sueños reales"


Tumbada en la cama tras una larga pesadilla. Tenía sueño, me pesaban los ojos, pero temía dormir, soñar y tener una pesadilla. Era atroz. Pensé que estaría así el resto de mi vida, sin permitir a mi subconsciente volar.
El que entró por la puerta vio mis ojos vacíos y unas ojaras hasta los tobillos. Tal y como estaba, no me digné a mirar quién me observaba. Solo esperé...
Dos dedos se posaron por encima de mis pestañas y las bajaron. Intenté zafarme, resistirme, pero prometió que estaría ahí si alguna pesadilla osaba atacarme. Me abracé a su pecho y vagamente pude notar como apoyaba sus dedos en mi pelo junto con sus labios. No recuerdo muy bien qué hizo que durmiera, si sus brazos, su promesa, su olor, su piel o él...
Creo que esta última va a ser la opción más acertada, ya que engloba al resto.
Pero...esa noche, juro que dormí mejor que nunca y todo lo que había ocurrido, al despertar, estaba basado en sueños reales, mi vida.

Desde la primera gota del rocío, junto con el alba hasta el crepúsculo.
Abrigada, mirando al lago. Puedo ver la luna tras lo árboles y sentir a la vez como el frío acaricia mi piel. Puedo sentir tantas cosas y tocar ninguna.
La bella durmiente dice que tengo ojeras, que estoy triste. Le ignoro, pero sé que es cierto y no se equivoca en nada de lo poco que ha dicho.
Aún sigo en el lago, miro mis pies y no sé que hacer ni que decir...
Estoy triste en mi mejor época. Y no es por otros acontecimientos pasados de mi vida, no... Es por tí y tu ausencia. Por estos escritos que lloran y duermen. Han pasado demasiadas horas, demasiado tiempo.
"El lago se hiela, mis ojos vacían, mi corazón late a cada lágrima y las comisuras entristecen más el rostro no expresa nada que ambos no conozcamos..."

"Traigo algo para tí..."


Llamó a la puerta de mi casa.
Traía un saco, cargado a su espalda, de color marrón.
De él procedía un aura, una luz cegadora y un pequeño revolotear. ¿Qué poseía aquel saco de tela?
Con su dedo en los labios y mi boca entreabierta, vendó mis ojos con un trapo negro. Y dio un suave nudo alrededor de mi cabeza. Acarició con dulzura mi cuello con las yemas de sus dedos y desabrochó el saco. Congelando a su vez el tiempo. Desabrochó el trapo de mi cabeza y mis ojos brillaron, brilló todo el jardín, todo mi corazón...
Nuestros ojos se humedecieron y las sonrisas florecieron al tiempo. Cada parte de la Tierra estaba congelada, salvo nosotros dos. Las luciérnagas flotaban en el jardín acompañadas de un sentimiento. Me subió al tejado y me hizo verlas, a ellas y a la luna...

"When the cold/gray Day"

Despierto escuchando el repiqueteo de la lluvia en el cristal. Mis ojos se dirigen a las cortinas blancas y un escalofrío recorre cada poro de mi piel.
Acerco la sábana hasta la cara, para sentirme abrigada en el frío desván de madera.
Deslizo los pies por encima de las sábanas y doy pie a un nuevo día gris.
Acaricio con la uña el cristal, abro la ventana y dejo que una ducha de lluvia fría refresque mi cuerpo.
Empapada, dirijo los ojos hacia atrás, algo falta aquí, al otro lado de mi sueño. Alguien ha dormido esta noche conmigo, aún recuerdo su calor. Hay tanto silencio que puedo escuchar un leve tick-tack, y por último un chirrido de la puerta, con suavidad. Alzo los ojos con impresión en el rostro, en cambio, los ojos que me miran crean un rostro sonriente y expresivo. Miro suplicando, suplicando tu cariño, y tú... tú me lo Das.