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lunes, 27 de septiembre de 2010


Despierto en una pesadilla.
Leed bien, en una, no de una.
Noviembre dulce ya no me inspira, Enya tampoco.
Hoy y unos cuantos días atrás nada va bien. Parece que me he equivocado de tren.
Los meses se infrian y mi aliento en el cristal no es eterno.
Todo depende de un péndulo, de un reloj y su tick-tack. De un vagón acomodado a mi y el calor del pasajero del fin. Necesito un respiro, coger aire ya no es suficiente.
Intoxicarme de culpa, es la droga que mantiene mis pies en su sitio pero mi corazón perdido, al igual que el pensar.
Sé que por este raíl no voy a parte alguna. Pero...¿qué otra opción da su fruto?
"Te ha tocado esta vida, este mundo y esta época"
Disfruta de las consecuencias.
He ahí la cuestión (mi lado negativo)
Por otra parte que el ser humano pasa desapercibida, deseada felicidad.
Sobre tus manos me poso. ¿Soy feliz? Sí. ¿Hay motivos por los que el grado de mi felicidad se precipite al vacío? Sí.
Pero si lo desde otra cuestión...
El pasajero esta en el fin del tren, pero es todo mio. Mi preciada posesión. Apreciar y amar.
Eso, en otras palabras, es lo que hago con él y su vida.
Si no puedo dar una bocanada al aire gélido, puedo vivir de él. Con su sola existencia, calma esta marejada que tengo por pensar.
Quizá no se de cuenta, o sí, y no lo quiere asimilar. Pero hace que el negro sea blanco. Y que el tren, por así llamarlo, vaya a su destino correcto.
Me he culpado de amarle, de pertenecerle... de no merecerle.
Pero hoy, no solo sé que no siento ni me culpo de nada.
Gracias a ti, soy felicidad.
Creador de mi mundo y el tuyo.
Me he caido pocas veces, o muchas... pero ya lo escribí en un texto, tú me has levantado todas y cada una.
Te aprecio como persona, sin sentimiento. Y te aprecio como persona, con todo mi querer.
He ahí, la verdadera cuestión que no ha sido escrita hasta ahora.

domingo, 26 de septiembre de 2010


Perdí la noción.
Quizá sean sus pasos de bailarina, o la facilidad con que me enamora.
Pero soy esclavo, estoy atado a una rosa de espinas.
De pies y manos, cabeza y cuello.
Intentad separarme, os defraudaré. No puedo hacerlo, vosotros menos.
Estrujo mi cabeza para exprimir ideas claras, pero...nada sale de ella.
Me falla todo lo que me rodea, psicológicamente hablando.
Descanso en una cama a su lado y se rompe. La persigo hasta el lago mas cercano y la Tierra nos traga.
Te echaré de menos aun no habiendo estado contigo. Escribiré cartas a tu dirección, las cuales se perderán.
Todo lo que haga, acabará u bien olvidándose o perdiéndose. Éste, es el principio de mi tristeza y el fin de tu piel.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

"..."


Posó sus pies sobre la Tierra.
Ahora todo se veía de colores diferentes según los ojos con los que lo mires, la piel con la que lo sientas, el oído con que lo escuches, el gusto con que lo pruebes y la nariz con la que huelas.
Y esque nunca, o quizá alguna vez, alguna excepción del aregla se paró a pensarlo. A pensar en nuestra complejidad y nuestros sentidos. Grandes virtudes para los poseedores de su totalidad.
A lo largo de esta quinceañera vida, he conocido personas, muchas...demasiadas realmente. He conocido por dentro y por fuera a una persona. Una cosa insignificante, mas aún que la cabeza de un alfiler, pero infinitamente extraña y diferente al resto.
Si cojo un cuaderno y poso mi cuerpo sobre un banco de madera, puedo ver corretear a seres humanos.
Y a la vez, ponerme a pensar y sentirme afortunada por todos mis sentidos, que con el tiempo, probablemente iré perdiendo.
Mi corazón se estremeció, cuándo vi pasar frente a mis ojos a una persona ciega. ¿Qué ve él que no veo yo? Y viceversa. A pesar de que mis años se puedan contar con poco más de los dedos de una mano, una vez me paré a dar vueltas a mi cabecita. Y cada vez que lo pienso, me retuerzo hasta casi saltarme las lágrimas. Que sería de mi siendo ciega, no pudiendo ver lo que aprecio, lo que quiero, amo y deseo. Desde cosas insignificantes, un color, hasta cosas increíbles, una sonrisa. La felicidad de un niño, adulto u anciano. Mi color favorito y con él mi país, Canadá. No podría escribir, como un humano con el sentido del que carezco. Desaparecería así, mi ilusión por abrirme una puerta. Apreciar el rostro de mi madre, padre, hermano, amor... todo son desventajas. Pero desearía serlo por un día, para saber que se siente.
Lástima que existan dos tipos de ciegos, ciegos que no ven (carecedores de su virtud) y ciegos que no ven viendo.
Y,¿qué ocurre al ver a una persona que no siente nada en la piel? Desaparecería mi piel de gallina cuando le veo apoyando su cabeza en el marco de la puerta. Sentir suave y áspero. Y a ésta "sensación" también le añado el poder de correr, nadar, bailar... los pasos mas hermosos y delicados de una bailarina serían un simple imposible en mi vocabulario. Y de correr... cuántas veces habré corrido sin rumbo por algún lado de éste mundo y del mío. Si no pudiera hacerlo, estaría completamente perdida...como muchas veces, la única diferencia de éstas últimas es que a pesar de tener piernas no podía huir. Y nadar... mover mis brazos de un lado a otro como un pez, tener la piel de pez que tanto sueño. Si ésto me falta, si mi sentir es ixesintente... no quiero imaginarme a la persona que lo porta, a pesar de que lo haya hecho.
Escuchar...su voz...no hay cosa que mas adore que su voz. Me encanta que me lean, hace que sueñe inconscientemente. Poco a poco cierro los ojos, y voy a mi mundo compartido. Recuerdo la vez que me leyó el poema número veinte de Pablo Neruda. No había cosa mas fascinante. Le miré con los ojos como platos, escuchándole en todo momento y enamorandome una vez más.
¿Y mi piano? El piano que me inspira. Aquel que también me hace volar y hace que escriba lo que de mi rincón sale. Una persona sorda... una vez hablé con una niña. Y mi impotencia por no saber expresarme a ella me enfureció. Y me fuí lejos a llorar, hasta que me encontraron seca. Era feliz, tarareaba levemente una canción y sonreía a mas no poder. Sonia se llamaba... era preciosa, tenía ojos coca-cola y una sonrisa que no la cabía en el rostro. La vi entristecer un montón de veces, clavaba su mirada en el suelo y sin preguntarla sabía "su porqué". Nadie la entendía. Yo sí, pero ¿cómo demostrárselo?
Dulce y salado. No es lo mismo probar un pastel dulzón que tabasco. Aún recuerdo como quemaba mi boca. Y com escuchaba carcajadas en la mesa. Mis ojos lloraban pero la escena era graciosa. También estan sus momentos tristes...como todo... aquí mis recuerdos viajan a un hospital. En el cual el paladar no hacía falta, solo una buenas venas, con una conexión a una bolsa de suero. Apoyé mi cabeza en el armario viéndolo dormir. Viendo como no podía probar un trozo de comida. Di media vuelta y me fui a un sillón de fuera. Dejando caer mi barbilla sobre ambas manos. Desaparecí.
El olfato es personal, una vez no pudo respirar... pasó algo que no quiero recordar. Dolió, fue una daga cruzada por mi pecho. Pero realmente, ¿Qué hizo daño? El daño que me hizo, o su asfixia. Claramente lo segundo. Mataba la sensación de ver como lo intentaba y no podía, y muchas mas veces he tenido la desgracia de verlo, junto con la cobardía de no saber qué hacer. Porque no puedo estar a su lado para ofrecerle mi pulmón. "No me pidas perdón...respira"...
Una canción decía: "no tengo lo que quiero pero quiero lo que tengo" pero... si no tengo algo de lo anterior. ¿Para qué quiero vivir? Ver, oir, sentir, degustar y oler. No puedo ser una de las anteriores personas reflejadas en mi texto. No sería capaz de vivir así...

martes, 21 de septiembre de 2010

Mi calcetín

Crecimos en inocencia y en ella nos salen los dientes, cuales seres humanos.
Asomamé mi hocico en el agujero de una pared, como un gato que busca un ratón. Encontrando, por desgracia, recuerdos, lástima no asustarme de ver un roedor correteando.
De ratones a retales de vestidos. Telas valiosas, brillantes, enloquecedoras. Pero de un tamaño pequeño, para vestir la cabeza de un alfiler.
Érase una vez un hada madrina...vestidos, palacios, zapatos de cristal, bestias, enanitos, libros, cabellos que llegan desde lo alto del aposento mas alto de un castillo para luego rozar los pies de un caballero, caballos, fregonas, antagonistas, protagonistas.
Principes y princesas del reino, os presento a un par de calcetines.
Perdamos cuentos de hadas, princesas y caballeros andantes con puertos de partida. Para buscar a una pareja de calcetines. Uno al sur, otro al norte.
Mi calcetín estaba perdido para mi, incluso llegué a pensar en su inexistencia.
Pero un susto, milagro y demás sinónimos, susurró que existía.
Sólo tenía que buscarle en un, no cuento.
Abrí mis ojos como platos, o más aún. Sí, ¡mucho más!
Había encontrado en un lugar de este mapa de cuyo nombre no quiero acordarme pero no olvidarme de quién habita y quién importa a este calcetín con bolitas de lana.
Mi calcetín se daba a conocer tímidamente. Pero lo hacía. "Quería saber más de mi..."
Sólo esos ojos de océano podían ver lo que había dentro de este calcetín loco de atar.
"Eh...las mejores personas lo están, dijo el sombrerero de Alicia"
He encontrado a mi vida, digo, calcetín.
Principes no, hadas no, bestias no, cabellos rubios no, vestidos rosas no.
"Quiero a mi calcetín, que corten la cabeza a quién ose entrometerse en mi vida de cajón"

viernes, 17 de septiembre de 2010


Siempre fuí una de las últimas de la lista, Sara Sánchez.
- ¿Y tú, que quieres ser de mayor?- Preguntó una vez un profesor.
- Quiero ser yo. - Se descojonó. Mi rabia mi autismo le miraron a los ojos. "¿Acaso tú eres lo que quieres ser?"
Se va a reir de mi, un viejo profesor que ni si quiera puedo llamarle así. Su risa fue falsa, jodido escucharlo
de una niñata. Mueca irónica.
"Quiero ser abogado, ingeniero, profesora de inglés, cuidar de niños, enfermera..."
- Papá, mamá...¿porqué queréis que sea lo que vosotros no fuisteis?

Con las manos en los bolsillos.

Entré de puntillas en el salón.
Esa, esta, noche no me vencía el sueño de tantas otras.
Busqué entre las estanterías que llegaban hasta el techo un libro que leer.
Una distracción y a la vez tentación. Detesto el chocolate, así que no puedo saciarme con él.
Le sostuve entre mis dedos y me senté de piernas cruzadas en el sofá blanco. Mordisqueando la piel de mi uña, abrí la primera página del libro.
Otra cosa que odio, esas páginas en blanco que ocupan un estúpido espacio. No tiene importancia, manías mías.
Deboré páginas y páginas. Pero había un espectáculo de telón abierto en mi cabeza, que no dejaba de entretenerme. Cada vez que intento leer, comienzan los aplausos.
"Hace un par de horas que noto algo sobre mis labios, puedo sentirlo, pero no existe contacto".
Alcé mis ojos marrones a la altura del marco de la puerta, pero no a la misma.
Allí estaba mi sueño, mi vida, el actor de aquel telón... allí estaba esa "cosa" que me estremecía. Su cabeza apoyada en el marco y con las manos en los bolsillos.
- ¿Cuánto tiempo llevas ahí?
- Desde que has salido de puntillas de la habitación.
- Oh...
- ¿Quieres venir a dormir conmigo?
- No.
- Entonces déjame abrazarte mientras lees.

Una mueca ocupó mi rostro. Pero realmente era una gran sonrisa, para que negarlo.
Me acurruqué como un gato en su pecho. Y seguí leyendo con mi distracción (él) rondando sobre mi cabeza. Con su respiración en mi cuello y los latidos del corazón a la espalda.

B.S.


"Punta, tacón, punta"
Delicadeza en cada uno de sus pasos.
¿Alguna vez, alguien, escuchó hablar de bailarinas vestidas de soldado?
Quién osa entrometerse, colarse, adentrarse, conquistar, acceder, irrumpir... en las carnes de una dulce, delicada, pequeña, tierna...bailarina.
Recuerdo haberla visto alguna vez.
Sus ojos oscuros se clavaron en mi como dagas. Produciendo al instante un apretón a mi pecho por mi propia parte.
Bailarina, soldado. Rosa, espina.
Piel delicada, piel de fuego. Lágrimas, sequía.
La encontré atando sus cordones. Bailarinas, botas negras.
Y me atreví a mirar esos ojos. E de reconocer, que había algo más que no pude ver, sólo el amor logrará indagar en ese rincón.
Siempre consigue lo que se propone, siempre.
No causa importancia el ser cristal o diamante.
Todos tenemos un cacho de él, a buen recaudo o no.

"Todos nos enamoraremos en verano, de un frágil soldado a la orilla de un lago".
"Todos nos enamoraremos en invierno, de una dura
bailarina bailando en el hielo".

"Step by step, heart to heart, left right left. We all fall down like toy soldiers. But I have you, my little soldier."

Damas y caballeros. Subid el telón.


Damas y caballeros.
-¿Dónde se esconde el Fantasma de la Ópera?
Miren a su alrededor, giren sus cabezas con telas de araña, claven sus ojos vacíos en algún palco.
-¿Lo encuentran? Silencio.
...
-¿Lo escuchan? ¿Escuchan el latido de sus corazones? ¿O acaso ya ni tienen latido? Perdónenme. ¿ Carecen de oído?
En breves segundos, les mostraremos la respuesta.
-Dejaré de ser tan retorcida, quizá ahora consigan entender aquello que les resulta...difícil. ¿Dónde se esconden ustedes?
No hay ojos, ni oídos... en estos momentos no les hacen falta. ¿Para qué los quieren si no saben utilizarlos?
(Su estupidez hizo que se miraran los unos a los otros).
Cabezotas, asesinos, telas de araña, rojo, vacío, estupidez (que palabra mas sincera), ser o no ser e ahí la máscara de cada uno.
- ¿Comprenden ahora?

Usted es el fantasma, ahora...¿cuál es su máscara?
La vida me hizo la zancadilla. A veces lo hizo.
Y cuantas veces caí en un charco y llené toda mi piel de barro.
Apoyé las manos a ambos lados de mi cabeza, levanté la cara sucia, los ojos de lágrimas y los labios rotos para izarme cual bandera. Y con los puños aún cerrados otear el horizonte.
Escupí el suelo, arrojando cada gota de rabia en mi interior (no era escasa).
Clamé al viento mi ixistencia y mi no rendición.
Mis pies echaron raices, uniendose al suelo. Era imposible caerme otra vez.
Pero nadie me habló de caer, solo susurraron herir. Y mientras la "muerte" conseguí su fruto, mi destrucción, él estaba ahí, echandome una mano para volver a levantarme.
"Ayer noche me enseñó un marcapáginas"
- Mira...pon uno, ahora los dos. Tú destino, mi destino. Ahora que sean solo uno. El nuestro. Nuestro destino.


Noche de lluvia...

Dulces sueños...


Huí, como tantas otras veces.
Amados sueños:
Echo de menos vuestra ausencia. Mi cabeza esta harta de soñar con esas muertes.
Llevadme a otro sitio, un Edén... o simplemente el mar. Rodeada de él me conformo.
Piel de pez me llamaron en el océano.
Echo de menos tus cartas.
Echo de menos Diciembre, y ver llover tras el cristal. O salir quizá a la calle.
Echo de menos infinitud de maravillas. Pero, oh, vida mia. No tengo ni una sola.
Afortunadamente no soy una hísterica deseosa de la fiebre de sábado noche.
Las cosas que pedimos los humanos, son simples, pero a la vez, inalcanzables.
"No tengo lo que quiero, quiero lo que tengo y quiero más, ese más lo tendré"
Ese más eres tú.
Y...¿porqué tú? Tu existencia hace posible la mia, si ésto no fuera así, seria una viva muerta.
"Océano, nieve, niebla, frío, invierno, Diciembre, 15, pero ante todo tú..."
Voy a secuestrar a mi querido Peter Pan.
" Désolé, je ne suis pas Peter Pan, mais... enlève un nuage, à te regarder dormir, mon ange.Et je vais vous chatouiller, si tu es triste."


-No me esperes despierto. Dulces sueños.

Traigo un ramo de flores para ti.
Quizá sirva para tu perdón.
Con la cara aún llorosa miro tus ojos de coca-cola, no me miran.
Siento que la niebla invade la habitación. Pero el miedo es mayor y reina sobre la misma.
Sujetas el ramo, y tu odio los destroza. Aunque por desgracia no solo destroza un ramo, también un corazón.
Sus manos ardian, fundieron el ramo. Chamuscadas, las flores se precipitaron contra el suelo.
Y mis estúpidos pensamientos solo sabían decirla "te quiero..."
Las puertas del infierno gritan: "A llegado otro desgraciado"

Repeat this song, this video many times in my life.
Each second we breathe, this by your side.
When you feel on the skin that my life is yours. All yours.
I'll dream about you every night, even if not a "dreamer."
If I ever disappear ... (I fall to his knees begging not be) give my life, looking for you.
Hey ... did you ever told that you are my happiness?




http://www.youtube.com/watch?v=1wYNFfgrXTI

Otra vez vuelvo a vagar por mi mundo.
Dentro de mi consciente subconsciente.
Aún sigo siendo de carne y hueso pero sólo se ve deambulear a una silueta negra
repleta de lágrimas.
Lloran cenizas del cielo rojizo.
Estoy segura, ésta tierra que piso es el infierno.
"Un paso...otro..."
A mi alrededor escucho añicos. Impactos.
Aprieto mi pecho y lo único que encuentro sin encontrar, es la inexistencia o mas bien
el hueco de un añejo corazón.
"Un paso...una pausa..."
No hay oxígeno para respirar, tampoco quiero...
es innecesario aquí donde me encuentro.
"Una palabra... otra..."
-Ahora el que se siente poco querido soy yo-
Conservo saliva que acaba de agotar su último viaje.
Si miras fijamente mis ojos los verás perdidos.
El significado solo lo saben ellos.
Y el sentimiento que causa la pérdida y vacio, solo lo sé yo.
"Un pensamiento...otro..."
Pensando sin pensar, o quizá pensando.
"Una palabra...otra"
De vez en cuando digo alguna, pero sigo perdida en mi caos.
"Un color...ahora dos..."
¿Qué son para tu mundo el rojo y el negro?

Creía recordar que los colores carecian de envergadura para el ser humano.
Hasta que me descubrí a mi.
Insignificantes, así quieren darse a entender.
Alguna vez has preguntado a unos ojos ciegos "¿qué significa para vosotros el color negro?".
Guiar con la yema de un dedo el cielo azul. O en su defecto el verde prado.
"¿Qué significa para ustedes el color verde?"
Cada cabeza, cada uno de ambos ojos, aprecia los colores. Pero somos tan entrañables que solo nosotros sabemos el "qué".
Si me preguntas "¿qué significa para ti el color blanco?" te responderé que es mi predilecto. ¿Sabes porqué?
Me hace pensar en el frío, en un corazón helado, bombeado de sangre caliente, a la cual creí una vez haber perdido.
Contestaré que amo la soledad del frío, pero siendo sincera diré que no puedo vivir sin algo con puntos suspensivos.
Poseo sangre caliente pero también tengo fría. ¿Acaso se puede tener a las dos juntas?

- Ven, adelante. Te demostraré que se puede. Y explicaré en una vida, el concepto de eternidad. Mas luego, te diré su color.

De perlas.


Hoy volveré a hundirme entre las sábanas.
Sólo para que no veas como nacen, crecen y exceptuando el tercer concepto, mueren mis lágrimas de felicidad.

Querido diario, sé que esto que siento no me cabe en el pecho, lo sé.
Pero he de darte una gran noticia, lo que no entra ahí inunda el resto del cuerpo.
Oh, también me he fijado en un pequeño gran detalle, ya no corre sangre por mis venas.
Y he de corregir a los que gritaron, carecedores de razón, el "cuento" de las mariposas.
No duran menos o incluso un día. Porque en mi duran más.
Está comprobado científicamente por mi estómago. Cada vez las siento, y no mueren, sino que revolotean más
más ágilmente y sin cese alguno.
En ocasiones rebajan el vuelo, pero eso es culpa de mi autoestima, no de ellas. Asi que olvidémoslo.
Hablando de mis pequeñas y delicadas inquilinas, es increíble el efecto mariposa. Cada vez
me deja boquiabierta, más atónita.
Recalcaré, recordaré y memorizaré (ésta última no debía haberla nombrado, la tengo demasiado clara) y procuraré
que la "noción de sensibilidad" no dañe mis posesiones.
Aunque la sobredósis de otra sustancia puede llevarme a la locura extrema.

- Mm...no había caído en ese detalle. No importa. Como iba diciendo... Vermeer plasmó su sentimiento
en un cuadro, pero por mi parte lo haré en la cruda o dulce realidad. (He dado otro sentido a cruda).
Pequeño mio...

¿Cómo escoger entre opuestos si son iguales?

Añadir imagenAsomé mis ojos a la ventana, esperando
ver la "preciosa" lluvia de estrellas.
Pero lo único que vi fueron nubes y creo que
delirios de mi imaginación. Si, creo que si...



¿cómo escoger entre opuestos si son iguales?

-Ya está- dijo ella-. Ahora somos un chico y una chica en el mismo lado de la calle.
Él frunció el ceñó.
- Pero eso no nos hace opuestos -dijo, indicando con una mano el lugar de donde venía-. Es sólo el otro lado. No quiere decir que sea diferente. Este lado de la calle, aquel lado de la calle: los dos son parte de la calle.
[...]
- Estás en lo cierto, hijo mío. Déjame ponerte un ejemplo. ¿Qué es lo opuesto a inocencia?
- Fácil - intervino ella-. Saber cosas.
- Eso es, hija mía. Experiencia. -Ella sonrió encantada-. Dime, entonces: ¿dirías de ti que eres inocente o experimentada?
Ella dejó de sonreír de manera tan brusca que fue como si con aquella pregunta el señor la hubiese agredido. Una expresión furtiva, de animal salvaje, apareció en su cara e hizo que Jem se acordara del día en que la conoció, cuando mencionó en callejón del Degollado. Miró ceñuda a un viandante y no respondió.
- Como ves se trata de una pregunta de difícil respuesto, ¿verdad, hija mía? Te haré otra: si inocencia es aquella orilla del río- el señor señaló hacia la abadía de Westminster- y experiencia esta- señaló hacia el anfiteatro Astley-,¿qué hay en el centro del río?
Ella abrió la boca, pero no encontró una respuesta rápida.
-Pensad en ello hijos míos, y dadme la respuesta otro día.
Foto subida a las 8:05

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My tea's gone cold I'm wondering why I..
got out of bed at all
The morning rain clouds up my window..
and I can't see at all
And even if I could it'd all be gray,
but your picture on my wall
It reminds me, that it's not so bad,
it's not so bad...

(Stan)