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martes, 29 de julio de 2014

De la primera a la última espina

Nunca tuve el placer de conocerme como pez,
y heme aquí, en el océano de un naufragio en calma.
Hasta al soñar con mi océano sueño, y por qué.
Y un día escribí.
Era tan humana como la estupidez, y noté
que con delicadeza algo crecía dentro de mi,
que con delicadeza yo (re)nacía entre mil espinas.
Me ahogaba la ciudad y el humo del gentío,
me ahogaba en mi propio hogar, pero no era más
que una mera equivocación de un mero ignorante,
este, era yo.
En primera persona, viviendo en tercera, y muriendo
en una persona que ni tan siquiera es tal.
Yo vivía de las letras, de mis letras y de las de otro cualquiera
y poco a poco, me iba haciendo poesía.
Al son de un piano que nunca existió, que en sus días grises
tenía voz de violín, yo escribía y encharcaba mi razón.
Consumía el humo y vivía, vivía tanto que no había corazón.
El mar a mi son, respirando porque vivo yo, de mis pulmones
hasta que no.
Y a mi alrededor desapareció la avaricia humana, y rocé
con las puntas de los pies lo que un día fue roca.
Yo ya no era humana, el mar lamía mis entrañas, mi.
Mi piel ya no era, ahora era escama, yo ya no era, 
ahora no era nada.
Soy de mi primera a mi última espina, soy un pez perdido
en un océano en calma, que conoce el camino de regreso.
¿Y qué regreso?

Sólo sé que tiene nombre de hombre y cuando me ama
no puedo resistirme a besar lentamente el anzuelo.

domingo, 27 de julio de 2014

Soy cuando llueve, en segunda persona.

Hoy no es un día gris, tan siquiera un día, ya no sé ni qué estación, cuando cerré los ojos era primavera y cuando los abrí no solo se me caían las hojas, también hacía frío aquí dentro. Y lento, me consumo. Y yo ya no te siento, sino que soy contigo.

Yo quería explicarle el qué, pero no tengo voz, aunque no es eso exactamente. Mañana quizá sepa qué decir.

miércoles, 16 de julio de 2014

En la miseria de mi mísera ausencia

En mi más frívola soledad, era de aquellas mujeres que miraba el reloj, que le preguntabas la hora y lo volvía a mirar. Yo miraba el mundo, lo miraba como ignorante que era y sigo siendo, pero ya sé que veo mejor sin los ojos, pero aún cuando sueño no sé lo que ven mis "..." y he aquí un vacío de duda, de los que duermen conmigo hasta en el insomnio.
Un día perla, como siempre al son de un piano de miel y las manos manchadas de tinta china, miré el reloj y vi más allá de él, con mi torpeza arranqué sus agujas y ya ni tan siquiera oía el tiempo. Ni me oía a mi, enmudecí. Y de mis recuerdos hice hilos, y tejí, con la pasión de una araña tan negra como mi ausencia.

Conocerse es sentir que ya no eres músico, que eres música, que ya no eres un poeta, si no cada palabra de cada verso

Hace tanto tiempo que dejé de ser Sara, que perdí la noción. Tejiéndome me conocí (y lo ignorante que soy), mi madre siempre decía "seres de luz" y yo me sentía tan oscura y tan vacía, que qué era yo. Un mecanismo oxidado de llorar todos y cada uno de sus fracasos, hice bien en perderme, el tiempo siempre será mi perdición. Y me tejí, pero no mi persona, no tiene nombre exacto pero puede decirse corazón. 
Del color de la luz, y del tiempo de no saber qué hora es. Lo siento, pero no sé lo que es.

El día del último hilo, aquel día llegamos a enamorarnos, él y yo, no, miento, yo


martes, 8 de julio de 2014

Los Ángeles photography

Aquí os dejo mi página de facebook en la que subiré mi amor por la fotografía

https://www.facebook.com/losangelesphotography

¡Esta todo el mundo invitado! :)