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lunes, 28 de noviembre de 2011

People always lie.



I am sweet and adorableBut I have not got tickled. So I hate people. Beware of the people.

viernes, 25 de noviembre de 2011

"La casa de las muñecas"

 Lúgubre, demasiado quizá.
Las puertas gritaban acompasando mi empuje con los dedos. 
A vuestros pies; el jardín lleno de rosas muertas que un día fueron blancas. Al final de un maltrecho sendero, una casa. 
Recorrí la Tierra seca y aparté varias piedras del camino, adentrándome a quién sabe qué aventura. Con la suave brisa que creó mi cuerpo al subir las escaleras, la puerta se abrió. Como si algo u alguien estuviera esperando para una grata bienvenida.
Busqué un escondrijo de un roedor en el suelo, sin percatarme de otros detalles más significativos. Pues no era el momento de romperme un tobillo o quedarme inconsciente. 
Alcé la vista al cielo, creí escuchar. A medida que mi cuello ascencía mi boca se entreabría más y más... Una cúpula emanaba cientos de rayos de luz, que deslumbraban al polvo y los objetos mugrientos del lugar. Era una sensación cálida y acogedora, aunque a la vez fría y distante. 
Incluso sentía una voz a mi izquierda, que me daba a entender que este no era el lugar que buscaba, o al menos el que debería pisar.
Sin querer, entré en una sala de té. Donde aún se conservaban la mesa y sus complementos: tazas, platos, cucharillas, tarros...
Una serie de elementos que hacen de una simple mesa de madera blanca un deleite para los ojos. Acaricié el borde de una de las tazas, mientras una ventana se cerró a mis espaldas y sin querer derribé la taza contra el suelo. Miré hacia atrás, asustada. Y peor fue la catástrofe cuando más asustada que la vez anterior, tiré la mesa contra el suelo. Intentando retroceder por el precipitado vuelco al corazón.
Cientos y miles de ojos, clavados en mi, cientos y miles de sensaciones congeladas en el tiempo. Alguien no existente en esta sala (o al menos vivo) ¿puede explicarme que diantres ha ocurrido?
Eran muñecas, suaves y tersas muñecas. De apariencia de persona, pero demasiado perfectas para ser una. Con rostros expresivos: Dolor, miedo, alegría, euforia...
Nada agradable para una persona que lee novelas. Ya que de pronto te asaltan infinitud de surrealismos novelescos. 
Curiosa como el nombre de la muerte del gato. Me acerqué sigilosamente, como si alguien estuviera dispuesto a asustarme detrás de tantas muñecas. 
Saqué mi bloc de notas o diario, como prefieras llamarlo depende del uso:
- Tengo miedo. Pero ahora, atando cabos o hilos (no sé que elegir) es todo pura sencillez. Parece ser que estoy en una especie de sueño, una parte del libro, quizá en el quinto capítulo. Todas las muñecas me recuerdan a mi. Y diferentes vivencias de un pasado lejano y no tan lejano...
¿Y si todo fuera un sueño? ¿podría cambiar las desgracias por fortunas? En ocasiones no quiero despertar, quiero vivir en mi nube. Pero nunca aparece la maldita lámpara del genio concediéndome mis tres deseos. 
Nos arrepentiremos de tantos errores, nunca habrá marcha atrás. Pero siempre quedará ese atardecer, que nos hace reflexionar. Ser grandes día a día después de cada paliza (aunque como bien dijo alguien, todos somos diferentes).

lunes, 21 de noviembre de 2011

Salen cuervos de mi cabeza, como si fueran a llevarme a algún volar.
La última vez que escribí en mi diario era tan libre como sus plumas, hoy con los dedos mordisqueados de corroerme por fuera, escribo entre cuatro paredes. Mientras veneno en mi interior se forma, pues pocos días desearía (y no me quedan) para que acabe esta dichosa tortura.
Escribiré en mayúsculas y ocupando una cara: "Lo peor que puedes hacer, es atar mi libertad, pues cuando me desate, ya sea muerta o viva será tu vida mi recompensa".
Quizá nunca has utilizado el daño físico contra mi, pero el de dentro es el que más sufro. No poder disfrutar de mis tejados, mi luna, mis noches en vela y mis versos. Ya no son nada sin aquello que tanto ansío que solo tienen los pájaros que veo desde este húmedo desván.
En ocasiones alzo la mano y siento que los puedo tocar, robarles una pluma y guardarla en el frasco de mi colección. Pues cuando tenga mi arsenal, echaré a volar. Y jamás sabrá[n]s de mi existir.
Antes eran pájaros blancos, puros como la nieve de un invierno. El que veo caer por la ventana llena de polvo. Ahora, en estos y hace unos cuantos instantes, se volvieron cuervos, negros y tenebrosos cuervos.

Estoy segura, de que allá donde estés, escuchas el piano que acaricio y creo cada mañana para ti. Si todos los grandes músicos levantarían la cabeza echarían flores en mis andares, pero soy una completa desconocida para el Mundo que me rodea.
Y más si estoy encarcelada, sin un "por qué".
El sueño de la razón produce monstruos... despertad estúpidos humanos, siempre andáis dormidos.

(Preparo algo, en bandeja de plata y será frío... el invierno hace fríos los olvidos).

Why do I do that...?

Made a wrong turn, once or twice
Dug my way out, blood and fire
Bad decisions, that's alright
Mistreated, misplaced, misunderstood
Miss 'No way, it's all good', it didn't slow me down
Mistaken, always second guessing, underestimated
Look, I'm still around
You're so mean, when you talk about yourself, you were wrong
Change the voices in your head, make them like you instead
So complicated, look happy, you'll make it!
Filled with so much hatred...such a tired game
It's enough! I've done all I can think of
Chased down all my demons, I've seen you do the same
The whole world's scared so I swallow the fear
The only thing I should be drinking is an ice cold beer
So cool in line, and we try try try, but we try too hard and it's a waste of my time
Done looking for the critics, cause they're everywhere
They dont like my jeans, they don't get my hair
Exchange ourselves, and we do it all the time
Why do we do that? Why do I do that?

miércoles, 16 de noviembre de 2011

El distrito de los sueños:

Salí por el portal y giré la tercera esquina. Intuitiva como un gato, estaba segura de que no me fiaría ni de mi propia sombra, como aquel personaje infantil del país que jamás recuerdo.
Apreté entre mis manos el abrigo, mi calidez en días invernales como este. La oscuridad ansiaba con introducirme en sus adentros, mientras yo, ágil y esquiva giraba esquinas, me precipitaba a los pasos que debería haber dado en un destino (iba más rápido que él), en el destino "paralelo" quizá. Y si la palabra existir no es la suya, dejadlo en mis manos, poseo una imaginación que os dejará atónitos. Mientras, debo comunicaros en un breve escrito, tan solo necesito una frase, "me dirijo al Distrito de los sueños".
Rumbo entre la perdición y el olvido, ya que si desaparezco en algún lugar tan oscuro, ni me encontraré u encontrarán, tan siquiera se acordarán.
El viento jugueteaba con mi pelo, el viento del miedo intentando asustarme con algún sonido que desate los escalofríos por mi cuerpo, a mi favor, no ocurrió nada extraño. El ladrido de un perro, el sonido de un claxon, una mujer estornudando, un adulto refunfuñón... miserias que pasan desapercibidas en la vida cotidiana.
He alcanzado la calle de La Noche. Hombres y mujeres salen del teatro "Lo que no saben de mi vida" para regresar a lo que todos pensamos de sus vidas, ella irá a trabajar, él coserá la camiseta antigua, juntos sacarán al niño de paseo, llevarán la merienda a sus nietos... rutina la llamamos.
Llego a la conclusión evadiéndome del suelo del manjar de la bella Luna, creo que devora a sus estrellas para conseguir la fuente de la "eterna juventud", no lo sé, quizá sea una insignificante hipótesis, pero así comenzaron los grandes genios del Mundo.
La calle "Lullaby", desde el temible "coco" hasta la dulce melodía de un violín. Donde bebés, niños, jóvenes, adultos, ancianos e inmortales necesitan ser calmados por un sonido, su transporte para los sueños o pesadillas.
La calle de las Sábanas, las Plumas, las Nubes... una serie de NO catástroficas desdichas. Fin, llegué a mi destino.
El distrito de los sueños, en el cartel ponía: Haz de tu vida un sueño y de tu sueño una realidad.
Antes de llamar con la educación anteriormente enseñada, la puerta se abrió sola, como si hubiera leído mi pensar.


(Continuará)

lunes, 14 de noviembre de 2011

The Lovely bones:

Beso la lluvia que cae del cielo, ese cielo que me enreda, envuelve, ama, traiciona... llámalo como quieras. Acabaré en el fin de las nubes a la izquierda.
Una vez más, soy pájaro que echa sus alas a volar. O quizá sea mariposa, tierna y efímera, consumista de mi propia piel. Solo sé que no se nada de ahí arriba, por ello [me] investigo. Para poder saber un poco más de [mi] él.
En mis pulmones entra delirio, dulce palabra que trepa por mis venas hasta la cima de mi cabeza.
Con movimientos dignos de una bailarina, tumbo mi piel pálida entre las nubes que la hacen competencia. En esas nubes que la gente de Tierra firme dice que se pueden traspasar. Os juro que mienten, de verdad.
Creed mis palabras pues yo no creería ni una sola gota de palabrería humana, pero a gusto de cada uno.
Mi imaginación sale de mis adentros y se expresa en el cielo, al igual que un pentagrama, con un perfecto orden en cada imperfección. Creo que un piano sigue acorde a mi imaginación, creando una melodía que me resulta extrañamente familiar. Y como las casualidades no me las trago, será cierta la familiaridad. Las notas tiran poco a poco de mis dedos, agravándose a la cruda realidad, la cruda cercanía claro esta.
Bajando pierdo mis alas anteriormente otorgadas y recupero ese maldito despertar común en nuestra raza. ¡Buenos días rutina! Yo también no te eché de menos.

sábado, 12 de noviembre de 2011

"The butterfly circus"


Tersas las manos que pusieron a la vida de alas rotas a la vista. Acaricié la curiosidad con la yema de los dedos y vi que detrás de ese tupido velo negro se escondía una frágil mariposa.
Por fuera, podía confundirse con el cielo del anochecer pero una vez abiertas sus alas, era mágica.
Estremecí mi cuerpo ante su belleza. Ansiaba acariciarla, pero no lo hice, ni lo haré. Nunca acariciaré a una mariposa, ya que es efímera entre mis manos. Ante ella, siento el verdadero afán de destrucción innato del ser humano. Entre mis dedos, se consume, es polvo de estrella. Por ello, no quise ensuciarme las manos con la fecha de la muerte de ese ser vivo, admirado por mis ojos. Sé que tu quietud significaba que rozabas las últimas gotas de vida. El tarro de cristal que engulle en tiempo. Al encerrarte en dicho tarro, sentí la necesidad inmediata de crear tu salida de escape. El resquicio que no todos optan. Abrí la cerradura metálica y fuiste libre, quizá por segundos, pero lo fuiste. La naturaleza te da las alas de la libertad y además de ello te otorga la maravilla de embelesarnos (por lo menos a mi) con la pureza de tus colores.
Describirte puedo cual bailarina y a la vez soldado. Frágil, fuerte, bella e invencible. Puedo incluso añadir, que eres aquello que hace brillar mis ojos y si me das un poco de tu tiempo, puedo llorar.
Duermes en mi libro predilecto, en la página predilecta del libro (mi libro) predilecto. En la cual se entrega la llave de la luna. La llave que yo te entrego es de la libertad, pero mi imaginación sabe que luna es libertad. Dicho esto, eres libre como la luna y en ella. El efecto mariposa pone patas arriba el universo; lo hiciste conmigo. Boquiabierta ante la dulzura de tus alas y la efímera vida que te corroe, e de decir que eres increíble. Aún conservo, polvo de tu cuerpo impregnado en el libro... pero tengo la sensación de que una parte de mi, se fue contigo...


viernes, 11 de noviembre de 2011

Labyrinth lullaby

Un atardecer lluvioso y más gélido que el anterior.
Escucho voces, exactamente podría arriesgarme a describir el sonido de esa voz en especial.
Es una niña, tarareando una nana, pero no consigo adivinar el nombre, ni si quiera la melodía me hace recordar.
La lluvia repiquetea mi cristal por un momento y aún creo estar en mi castillo, encima de las nubes, cruzas la puerta de cristal, al fondo, al fondo, al fondo... y justo ahí. Cuando atisbes el final de la imaginación. Siento recordarte y decepcionarte de la inexistencia del fin. Tornan los espejos, dando en su reflejo un laberinto. Y estoy más perdida que la última vez que me encontré.
Creo en la sensación de que su voz es mi salida, pero dudo de una vil trampa causada por lo que algunos llaman "estupidez humana" (una persona en concreto, definió sus no límites).
Y ahora es el momento de carne y hueso en el que digo:
- Quizá sea una trampa seguir su voz.
- O quizá la trampa sea no seguirla.

Lo peor, es que no se presenten la espada y la pared, sean vida o muerte. Un duelo en el que no existe más arma blanca que aquello que sostiene tu cuello. Estoy segura de que una vez lo que mis manos crearon, son capaces de destruirlo. Mi tercera opción o alternativa, llámala como desees. A esto en concreto lo llamaríais Cobardía yo le denomino "salvar el pescuezo".
Una vez acabada la destrucción, regresa el cuerpo a Gea. Y allí, aquí, mis pies pisan sobre firme, aunque en ocasiones dude de tal frase hecha.
Un té cálido un contraste entre mis frías manos. Pestañas que vuelan en un abrir y cerrar de ojos. Oh, dulce realidad.

martes, 8 de noviembre de 2011

Huí por los adoquines de las oscuras calles de Tarbean.
Pero llegué a un resquicio de conclusión, si quería alcanzar la luna debería surcar las alturas.
Subí a un tejado y recordé, que un gato, jamás será con botas, por ello puse mis pies descalzos entre las tejas y sentí la humedad de las mismas cerniéndose por la piel. Deambulé por los tejados hasta que decidí sentarme al borde de uno; contemplar desde privilegiada perspectiva esa palidez grisácea, aquella belleza que no es de este mundo. Y recordé a quién le otorgué la dichosa palabra (al contrario que la luna, juro que era de este mundo, aunque en ocasiones lo dudara).
Dicen las lenguas que las sardinas son buenas para el corazón... tal acusación debería ser digna de una retractación. Pero nadie vendrá con las manos puras a arrebatar cada espina del maldito corazón. Existen seres peores que las ratas, estas temen mi presencia por ello se escurren entre las mugrientas alcantarillas de los callejones olvidados y esos seres, los peores, esperan una pizca de debilidad para acariciarme los hombros, con una sola mano; la otra esta ocupada por la presencia afilada de la daga.

El pelo cruza mis ojos (tan rojizo como siempre), me distrae un momento de la razón. Pero ágil como sé que y quién soy, lo retiro para proseguir...

Solo dejaré que sonsaque mis espinas quién las clavó, llamadme lo que queráis. Pues mis oídos usarán el ignorar. Sé que es ella, mi luna, la belleza de este mundo que a veces dudo.
Aquí te espero, en la cima del tejado y corazón, esperando la débil salvación.

lunes, 7 de noviembre de 2011

viernes, 4 de noviembre de 2011

Otoño en la piel:



Sentir el crepitar de la madera bajo mis pies. Pues me encuentro en un bosque, un bosque de marrones, rojos, amarillos y verdes.
Por suerte, el sol no tiene la tentación de buscar un resquicio para cegarme mis ojos, hoy es un día gris, lleno de mis nubes.
Aferro con la punta de los dedos las mangas del abrigo, encojo los hombros y bailo los brazos. Sin compás, sin música, sin estética, los pasos son dictados por la imaginación. Quizá me base en el viento y su naturalidad cuando cosquillea a las hojas; quizá sea viento y mis brazos hojas.
Escucho como rompen las nubes. Y el repiqueteo de la lluvia en mis mejillas, tengo la sensación de que mis párpados son cascadas y de que mis pestañas son el impulso a la velocidad.
Sonrío hasta formar unas dulces comisuras, después mis labios húmedos se entreabren. Y la locura y felicidad salen de la misma jaula, dando paso a su liberación.
Corro, como si supiera a dónde me van a llevar mis pasos. Como si buscara un destino; o él me encontrara a mi... sin rumbo y sin más brújula que mi catastrófico decimonoveno sentido de la orientación.
Exhausta, agotada, sedienta, húmeda y sonriente, me desplomo en el suelo, como el caer de una pluma del cielo, pero esta vez con una pizca de brusquedad. Aprisiono entre mis dedos la tierra empapada y percibo la fuerza a la que una vez llamaron Gea. Suelto el pedazo de tierra y estiro los brazos, como si de un ángel me tratara. Segundos más tarde una mota de "algo" entra en mis ojos, restriego mis nudillos contra los ojos y el dolor se esfuma, he creado magia.
Es mentira, mágico es el momento en el que yo salgo de mi propio cuerpo, cerrando los ojos, cojo el vuelo con mis alas al que llaman el mundo de los sueños. Allí todo es perfecto, puedo describir y escribir el Otoño en las paredes y tachar al igual que un carcelero los pocos días que quedan para mi añorado Invierno. Presa de mi presencia en el tiempo.

Solo sé que desperté en un bosque, mi bosque. Creo recordar que todo era... "mío".