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sábado, 12 de abril de 2014

Dramas y caballeros

Erase el cuerpo de una mujer amaneciendo un viernes con la ausencia de esperanza de un domingo por la tarde. La misma que a otros ojos es un ángel y que en el rincón de su cama es el monstruo de todas las pesadillas de la humanidad, y se abraza a sí misma. -¿Qué culpa tengo yo de ser?- 

La ciudad es una gran pista de baile, dramas y caballeros saldrán con sus mejores galas, ellas con Chanel nº5 y ellos con un mal nudo de corbata. Ellas con un "esta noche estoy vacía" y ellos con un "esta noche soy tuyo, pero mañana...". Ellas dramas y ellos caballeros. Y al fin y al cabo, sólo nos cambia una vocal.
La hipocresía sale con máscara, porque hoy es la gran noche y mañana, mañana será otro día. - Qué mágicos son los hipócritas que hacen que nada parezca real, que asombroso resulta que no sepas dónde hay truco y más aún que pase lo que pase aún queda un as. -
La máscara de un monstruo veneciano abrió las puertas, sus pestañas alzaron el vuelo y atónitos, observaron.
Justo las doce de la madrugada y al corazón se le calló el zapato de cristal. Olvidó el corazón, olvidó el zapato, olvidó quién era y sólo bailó. Qué bello monstruo bailando ballet. Y  aquellos ignorantes no vieron quién. Nos diferenciamos en ella o él, pero la hipocresía sólo entiende humano. El viento quedó mudo, el cielo no se echó a llorar e incluso diría que el mundo dejó de girar. Entonces todo se dejó llevar, a su son, a sus latidos, a sus pulmones respirar. Cesó el pianista y cesó su cuerpo. Un hombre se acercó y la miró fíjamente a los ojos y ella, no vió nada. No había reflejo, ni había alma, no había hombre, ni había nada. Entonces susurró, ¿quién anda ahí? y nadie contestó. Empuñó la valentía que no tenía, y él dijo ¿quién es el monstruo?, ella inexpresiva dijo soy quién mejor se conoce para saber que los monstruos también bailan ballet, él volvió a preguntar ¿eres? y ella dijo, soy 

Cada noche mi cama no está vacía, pues duermo conmigo misma, cada noche mi cabeza no piensa sóla, pues pienso conmigo misma, cada día de mi vida sabré que soy un monstruo, como también sabré que puedo ser ballet, y no soy hipócrita, sólo soy un ser, y tú sólo me verás los pies.


Los monstruos también bailan ballet y duermen con unas gotas de Chanel nº5