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viernes, 14 de diciembre de 2012

Postal Navideña sin destino pero para una persona:

Ayer éramos jóvenes, hoy somos lo que ayer se nos olvidó ser.
La vida siempre te da una razón mas para seguir con los pies en la tierra aunque el suelo sea tan sólido como las nubes. Seguimos aquí, sabiendo por qué, somos ignorantes hasta cierto punto. 
Pero aún el tiempo se nos escapa de las manos, huye dejándolas vacías y sin cobijo donde pasar la noche. Hace frío y las calles crujen, el cielo nunca fue tan oscuro ni el sol iluminó tan poco.
Desde el cielo la ciudad esta llena de color, colores que aguardan en cada balcón que alguien les de un respiro para dejar de ser insomnes. Y al fin y al cabo inundan nuestras calles, aunque no seamos conscientes hasta alzar la vista. 
La Navidad me parece preciosa, por los colores y la calidez de la chimenea, pero solo en mis sueños. Puesto que ningún color me embelesa ni tengo chimenea. Sueño con una casa cálida por una chimenea, tener a mi lado a quienes quiero y sonreír en vez de leer un libro. Las Navidades lloran desde que decidiste pasarlas en otro lugar. Pero gracias por esperar a mi cumpleaños y dedicarme tu voz, el 11 de Diciembre me hablaste y el 12 ya no estabas. Las personas creen en la casualidad, yo creo en ti y en que a veces me guías porque estás ahí. Y cuando lloro a solas susurro tu nombre y me tranquilizas, porque siento como duermo en tu regazo. 
Siguen siendo Navidades porque estas aquí, aunque solo yo te vea.
Las luces me recuerdan a ti, tan alegre y tan risueño que hasta quiero llorar, pero con lágrimas en los ojos acabaré esta carta, por ti y solo por ti. Por lo orgulloso que estarías de mi, he cambiado tanto desde mi último cumpleaños de hace 10 años.