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domingo, 10 de marzo de 2013

Cafeína convertida en pasión


El sabor de tu piel me embriaga, me enloquece, me estremece.
Quiero ser la razón de tus deseos y el pilar de tu existencia. Dime que vives por mi sola presencia. Susúrrame el significado del amor cuando estés entre mis brazos. Mírame a los ojos y déjame verte. 

Soy la dulzura de un piano entre tus manos. Deja que tu corazón lata en mi pecho. Tráeme un ramo de motivos para sonreír y florecerán mis hoyuelos. Escribe en dos palabras lo que sientes. Quiero ser la Julieta de tus poesías. 

Hablo de una chica que no sabía nada de la vida porque vivía en los libros que leía. Construí mi propia cárcel a prueba de arrepentimientos y lágrimas, por si acaso algún día se me ocurría dejar rastro entre las bestias. Me guardé bajo llave, hasta que me enamoré. El mundo había cambiado tanto que ya ni le reconocía desde la última vez. Volví con fuerza, valentía y dispuesta a ser una guerrera con nombre de princesa. 
Me aficioné al café, a los espacios sencillos y etéreos, a la búsqueda del sentido de las palabras y a ti. 

Entre mis versos estas tú, pero no te vayas vida mía. Cose mis heridas, atrévete a remendar mis errores. Dedícame esperanzas con sentido. Bésame entre la lluvia y dime que soy lluvia. Llévame a la ciudad del amor. Bailemos al son de la luna entre cristales. Bebamos nuestro orgullo a medias.

Cualquier día pierdo la cordura y desato la pasión.