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miércoles, 1 de junio de 2011

- You, are..

Girar el pomo desafinado de esa habitación, que siempre huele a vacío al carecer de uno de los olores más codiciado por el ser humano.
Despacio, sin pausa pero sin prisas, arrastrando los pies por la moqueta taciturna, acercarse al espejo sucio, aquel del cuento "Blancanieves", haciendo sufrir a la realidad del reflejo. A la carne y hueso.
De pies a cabeza y otra vez el mismo proceso. Y de un salto caer sobre las sábanas rotas de ira y húmedas de lágrimas. Saborear la almohada que tantas noches a la deriba de vela e insomnio me ha hecho recordar con ese dulcemente desgarrador apretón al corazón. Ocupar la cama con el mejor de las posturas de un gato y curiosear el techo pintado de cielo. Y una vez girada la cabeza junto con sus pájaros hacia la izquierda por el viento que se enreda por mi cuerpo, desenreda y vuelve a enredar. Y ver ondear cuales banderas de libertad las cortinas que me encierran sutilmente en esta habitación, de la que prisionera, jamás quiero escapar. Del único lugar en el que soy un pájaro que puede volar sin ataduras, verjas o jaula (una paradoja más al baúl de la poesía que nunca entenderé).
El mando de la mesita de noche enciende Paramore y deja que me enamore de acordes. Y muy a mi pesar, vuelvo a esos cuentos remotos que nunca harán de sueños realidad.
- Príncipes soberbios de dinero, con copas de oro que brindan al son de una dama astuta y zorra. O quizá el héroe que desabrocha su camisa, sin detenerse botón por botón, directamente arrancarla en un solo pedazo y con la perfección que nunca existe. Quizá bestias enamoradas de una belleza descomunal, más tarde un hechizo desata la magia o una rosa viva en una cúpula de cristal. Calabazas son carros y la princesa muere a la luz de la luna de media noche...
Y de pronto un pirata acecha las costas, un mortal, un humano, que no tiene poderes, ni hechizos, ni romanticismo en las venas. Aquel capaz de hacer olvidar y sentir. Sucio, despreocupado y con una sonrisa capaz de enamorar a las damas mas rasteras del último puerto pisado. De dejar con el deseo en los labios, sin palabras y sin algún que otro escudo. Te desnudas y dejas a merced se sus dedos lo único que poseerás en esta vida y esta última palabra susurra, sin eternidad de por medio.
- You are only exception...you are the exception...and I' m on my way to believing it. Oh, and I'm on my way to believing it...
La música muere y abres los ojos, buscando...bu...


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