Seguidores

miércoles, 11 de mayo de 2011

Besos cuales drogas en tu boca. Esta, pide saciarse y darle el gusto es mi aspiración.
Después de dejarte ojeroso, oxidado y balanceándote como un acróbata en la cuerda que separa la vida de la muerte...
Vuelvo a ser ese "ser" de hielo (no considerado tan siquiera humano). Mis ojos inyectados en venganza buscan tu cuerpo, tu calor. Y te encuentran, cual asesino a su víctima, derrotado en la Tierra húmeda.
El tiempo deja de hurgar en mis agujas, mientras las rosas blancas brotan desde mis pies hasta la cúspide de mi cabeza. Saborean mi sangre y mis labios, esa droga que te enamora. Caen marchitas de veneno entre mis brazos. Su último suspiro y un simple desgarro de mis uñas en sus cuellos.

- ¿Qué hace la estupidez humana que llevo como pájaro en cabeza? -. Abrazarse al enemigo contra mi pecho y dejar que cierna su dolor en los resquicios de mi piel. Sus lágrimas se deslizaban por mi pecho y sus dedos, sucios de miedo, buscaban los latidos de mi corazón. ¿Cuales latidos? Poseo un fragmento de hielo. El mundo, excéntrico para vuestros incontables dedos de frente, se destruye, los pilares quiebran...
Una noche invernal nos deposita en la misma cama, en las mismas sábanas... a excepción de mi posesión de tu puesto, ya que ahora eres tú el que estas dormido entre los brazos. Pero no hay tiempo ni "tick-tack", no hay latidos ni desboques, no existen...
Y vuelvo a reprocharte lo que nunca te diría una persona, con voz ronca.

- Atrévete a rendirte, púdrete entre mis brazos, respira de mis pulmones, quédate con mi vida... lo siento...pero yo te amo. Siempre seré esa mano con el rostro lleno de sombras que te aferra mientras caes a un pozo sin fondo. Quien te escuche, comprenda y te trate como mereces; te despierte con cubitos de hielo; te sonría cuando llore; te encuentres en un verde prado bajo la sombra de un árbol; te tape los ojos y susurre "búscame"; te demuestre que una persona incapaz de demostrar sus sentimientos haga que los sientas como un cosquilleo; se separe de tu lado en sueños y aparezca entre tus brazos nada más despertarte... y te prometo muchas más cosas, deja que las escriba en cada verso, pero dame una vida, para que puedas leer y sentirlas.