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miércoles, 17 de julio de 2013

Historias de la voz del mar (I)

"Es de madrugada, o quizá sólo sea aquí dentro, en mi corazón"

Las estrellas siguen tan impasibles como siempre, sin atender a razones, sabiendo que no necesitan brillar por terceros, que brillan por si mismas y los humanos les piden deseos, qué mas quieren...

La noche es de terciopelo 
mis lágrimas de hierro,
y mi corazón de hielo 
quiere huir al mas tierno invierno

pero aún es verano. 
Huele a salitre y arena húmeda. Por lo que podéis haceros una idea de dónde me encuentro o mas bien de dónde quiero encontrarme. Juraría que a lo lejos hay un piano, que pretende embelesarme con caricias, besarme las manos y pedirme que me quede con él, que nunca me hará daño, que a pesar de tener nombre de hombre he de fiarme, las mismas palabras que dicen todos, con la diferencia que este no siente corazón si no le llevo yo.
Empieza por mi camisa y acaba por mis... volviéndome irreconocible. Dejándome atónita en algo que siempre creí tener ventaja, mis palabras. 
Y mar adentro quizá encuentre al pez que llevo dentro, o puedo errar una vez mas, pero esta vez en soledad. La fuerza del mar me atrae hacia sí, cogiéndome los tobillos, besándome las clavículas, hundiéndome con la delicadeza que yo no tuve conmigo misma. 
El mar hace el amor a un cuerpo con heridas de guerra:

- Quién mejor que yo para besar tus heridas sin que me des tu amor a cambio, quiero que te acurruques en mi, que te sientas protegida estando expuesta al peligro de dejarte llevar, quiero que sientas que puedo amarte aunque no sea verdad... 
Porque aquí eres la humana que lleva corazón y yo el que tiene los corazones de humanos como tú, porque un día me los llevé y mi baúl de los recuerdos es mi fondo y ahí están todos en botellas de cristal, como acostumbráis vosotros a guardar los barcos. Y tú serías uno mas pero quiero que sepas que te dejaré dormida en la arena, que te acariciarán mis olas hasta que pueda verte despertar de tu profundo sueño, rozaré tus labios, verás que es de día y recordarás que yo te hice buena la noche. 

Es tan fácil como sentir el mar y hablar de amor.