Somos lo que la naturaleza nos llamó cristal,
tendidos sobre el suelo que besamos al recordar
que la vida es una lucha constante y a veces, sólo a veces
luchas contra ti,
y a quién pretendes engañar diciendo que sólo a veces.
Creí estar sometido al corazón, a inclinarme ante él y besarle las espinas. No me equivoqué, sólo que la razón me dio razones para razonar ante la razón de ser y ¿qué soy?
Lucho por mi, hasta el ardor del más puro egoísmo, seguimos en la ley del mas fuerte y podemos escudarnos en que los tiempos cambian pero no nos engañemos, tiempo y persona nunca fuimos lo mismo, le dimos nombre y él nos ofreció recordarnos en la historia al precio de sangre.
Mi historia tiene voz propia y la escucho gritar, y cuando llora quiebra mi garganta, y cuando no hay palabras se vuelve un monstruo, y cuando me doy por perdido amanezco en mi cama. Con la misma soledad de lo que fui ayer.
Lluvia intrínseca.
Hoy me he levantado con ganas de echarme un pulso. A ver cuánto tardan en destrozarme las dos ánimas que conviven con mi existencia. Mientras tanto, me hielo por dentro.
Me refugio en mi y aquí esta mi trampa. Es un día hecho para escuchar rap, para recordarme, echar la vista atrás y aunque duela, alzar los ojos al futuro confuso que ronda mi presente. Somos soldados en ira.
Quiero luchar por mi y a veces, sólo a veces
dudo la razón por la que lucho
pretendo que las espinas me abracen y me den calor
porque ayer hacía frío, pero a quién pretendo engañar
sólo a veces el frío me describe por dentro