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martes, 27 de agosto de 2013

Cárceles de tinta (I) 'ego'

'Qué quieres que te diga si soy un sastre haciendo de mis retales tus sonrisas'

Los ojos son el reflejo del alma y perdida con mi océano a la deriva.
La brújula que me guiaba se encontró un anochecer con tu presencia
quién iba a decirme que eras el imán que arrebataría la poca cordura 
que aún albergaba la esperanza de que la tenía, de que era mía pero 
es una mujer, que por las noches se convierte en felino arañándome 
la espalda, dejándome cicatrices tan dulces como los besos robados.
Al amanecer me topé con tu piel de hiel, pidiéndome que fuera un 
soldado de escarcha en plena guerra, 'sé fuerte' susurraba en la
necrópolis de los valientes. ¿Y qué filósofo contradice la idea de que 
viven los muertos y nunca saben ni cuando vivieron o si ya perecieron?
Confía en tu razón y ahí estará tu existencia. Confía en que no eres un 
loco mas y esto no es una absurda idea de otro como tú. Confía en la 
razón que te abruma. Confía en que tu corazón late y es egoísta porque 
ni tan siquiera te incumbe. Escribo para respirar, porque un día me
percaté de que solo mis pulmones necesitan oxígeno, pero mi ánima 
pide más, quiere más y sólo mi 'alter ego' respiró cuando mi mano izquierda
hizo brotar un árbol del papel y de la pluma un pájaro, entonces me liberé.
Cama de tinta, sábanas en blanco y no blancas, mi bella durmiente recostada,
era mi imaginación, mi Don. Y entonces mi madre dijo 'eres una genia y lo que
hay en tu cabecita nadie te lo podrá quitar, son tus palabras y eres mi hija'
Entonces con menos de ocho años escribí mi libro de poesías y un profesor me 
dijo 'esto no lo has hecho tú', mis palabras no tienen credibilidad pero la mujer
que me dio la vida lo sabía, sabía quién era yo, sabía quién había nacido de ella 
y también sabía que no era parte de su vida, que era su vida entera y lo demostró.
Cuando mi cabeza llena de sangre se recostó en su pecho, puso su mano en mi, 
oí su corazón y juré que no me iría sin dar la vida por ella el día de mañana.
Haré que los ruiseñores canten para ti, que las flores nazcan allá por donde pises 
aunque creo que ya lo hacen, solo hace falta ver lo buena persona que eres Mamá.
Quiéreme siempre, confío en ti, tal y como he hecho hasta hoy en día, por ti Mamá.


Empecé hablando de ti, en medio hablé de mi ego y por último de mi madre. La vida da muchas vueltas.