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sábado, 4 de enero de 2014

The sound of silence

- Ya sabes lo que dicen de las alturas y las caídas. Pero cuando estas en el suelo no hay donde caer y solo de pensarlo siento vértigo. Te preguntarás ¿por qué?

 En algún momento hubo un "caer", una razón, algo donde dejar el cuerpo tendido durante horas. En estos momentos intento pensar y buscar a su vez, ese lugar, pero cuando pienso es vacío y cuando busco sigue siendo vacío. Porque no hay donde caer y no existirá un cuerpo tendido, pensando en sus errores cometidos, no ahogarán las lágrimas la tierra de nadie, porque nadie habrá para llorar.

Entonces, frente a la luz de un flexo que no ilumina mas estorba, un escritor quiere escribir para su propia lectura, traga saliva acompasando a las agujas del reloj, observa el

Y deja lo que iba a decir así, inacabado, como su vida. Al igual que la transición o la propia caída, que no caes a ningún sitio porque todo esta en tu mente o bueno, exactamente nadie lo ve. Podíamos hablar de baja autoestima en todo su esplendor, pero estar en el suelo no significa estar deprimido, simplemente ausente. No ausente de desaparecer y no estar, sino ausente de sentir. Cuando la guerra acaba y no hay guerra ¿de qué sirve un soldado? Podía decirse que me siento como un soldado, que no lucha porque no hay razón de luchar y entonces se replantea su vida, comienza a cavilar en lo mas hondo de su cabeza, llegando a "soy un soldado - no hay guerra" ¿entonces ahora qué soy? He colgado un anuncio en mi alma, por si algún día me leo y tengo respuestas "soldado busca lucha", pero me hago tan poco caso que temo que no habiendo nada todo este perdido.
 Retírense de sus puestos, aunque esto aquí no haya acabado. Aquí no. No exactamente.