Seguidores

domingo, 21 de diciembre de 2014

Ego, Miss Invierno

Él y yo hoy no tenemos corazón, ni razón de ser quienes éramos porque no hay un por qué. Las ojeras grisáceas y el rostro tan níveo como la perfección del mármol de Miguel Ángel. Sus manos, haciéndonos inhumanos. 
La brisa invernal acaricia tu pelo, y tú tan sereno. Yo te concedo mi piel, para la larga noche pero quédate. La noche más larga hace que tiemblen nuestras pestañas, y tú cada día pareces más invierno. Yo ya no tiemblo, pero. Aún tus ojos hacen de mi alma escarcha y yo ya no sé vivir sin ellos. Acostumbrada a este frío de ausencia y terciopelo, qué voy a hacer contigo. 
Responde Invierno, acurrúcate en mi pecho. 
Querría bailar contigo mientras nievo, tus manos en mis costillas endulzándome aquí dentro. A mi que me devoren los pensamientos, yo te pienso.

Hoy es la noche más larga de nosotros mismos.