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lunes, 8 de noviembre de 2010

Ayer creí que podía rozar el cielo de puntillas. Y hoy, caigo de rodillas en el asfalto.
Los nudillos resquebrajándose y mis pupilas agonizando.
Quiero vivir, he vuelto a recuperar el deseo por tí.
Pero de nada sirve si en un presente y un futuro no me escoltas.
"Siento frio y aveces ya ni sonrio, incluso echo de menos lo que sigue siendo mío"
Una rosa de clava en mis bailarinas, la aprisiono entre mis dedos y sangra el alma.
"El pétalo y las espinas. El alma y el corazón de hielo"
Desnuda, la bailarina, vaga por la noche en busca de la rosa.
Encontrando así, las mitológicas soledad y tristeza.
De sus lágrimas se hizo el lago, del lago su reflejo, de él su odio y de su odio el olvido.
Por las noches aún sueño con ella.
- Otra vez tú...gemela...- Es mi debilidad, o lo era. Encogía mi corazón estirando la mano para acariciar mi rostro.
Tres pasos atrás y la olvidaba, hasta que la echaba de menos y suplicaba su espectro.
El aburrimiento de la espera no la ahoga, ella espera, con la luna en sus ojos y los labios rojizos.
No busca ranas, busca dentro de mi las palabras con las que matarme por dentro y arañarme por fuera.
"Si pudiera hacer algo, te ahogaría con mis propias manos, para que ese lago fuera mio y no tuyo. Eres las sobras de mi vida, lo que nunca quise y siempre tuve".
En el lago se divisan un ser de luz y otro de oscuridad. Y a la luz de la vela uno existe y otro no.