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miércoles, 24 de noviembre de 2010

"Erasé una vez, una noche de Invierno"


Cada vez que mastico una palabra, el hielo quema mis pulmones.
Hoy trémulos pasos traen rosas sin espinas a tus pies (están clavadas en la yema de mis huellas).
Érase una vez la historia de la "Voz quebrada,rota, silencios acompañan al compás de lo inexistente..."
- En cada haz de luna que adentraba por el cristal de su ventana había una mano nívea que acariciaba sus mejillas mientras dormitaba al compás de los grillos. Con la boca entreabierta y los pulmones frescos.
Solía encender la luz de una vela y salir con la desnudez de mis tobillos por la rendija de la puerta. Arrastrarlos hasta otra habitación o mundo (a gusto del lector).
Delicadeza. Abría el piano, dando pie a la sinfonía más tenebrosa, bella y brillante creada por el afán de destrucción de unos dedos humanos. Moonlight palpitaba en mis costillas, en el mismo corazón. Con tristeza, regresaba a mi lugar de partida. Otra vez entre sus sueños. Su pelo era de plumas, deseaba acariciarlo todas las noches y así lo hacía.
Pero para mi desgracia, mi amor era mudo, mi voz quebrada, rota y los silencios al compás de lo inexistente.
Sentada en la ventana con el gato negro del callejón de mis recuerdos, despedía su rostro y su calor.
"Si algún día escuchas el crujir de la madera, un batir de alas, el pasar de las páginas de un libro, una sonrisa o tal vez mi recuerdo, no habrá existencia de nadie, estaré muerta pero protegiéndote hasta que dejes tu alma a mi custodia y yo pueda volver a arroparme entre tus brazos".

Erasé una vez, una noche de Invierno.