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miércoles, 4 de mayo de 2011

"The name of the win"

Dicen que por las sendas maltrechas ven cruzar a un ser humano (aunque repiten esto último con incertidumbre y a la vez desasosiego, sus ojos dicen todo cuanto sé), de capa azabache y andares silenciosos, semejantes a un océano en calma. En tabernas y demás parajes cuchichean sobre un corazón de hielo, el cual es escondido tras esa capa negra, "dicen que sus huellas hacen nacer al invierno, matando primaveras, veranos y otoños"...
Aquel que conoce mis huellas es por una sola razón y no por el simple hecho de haber pasado por su vida, no. Es más, solo se atrevería de hablar de mis entrañas y de mi paso por su vida una persona. Y dos corazones más están siendo conscientes de mi presencia, el resto fanfarrones que se creen sabios.
En ocasiones (todos los días de mi vida) temo acariciar tu corazón con mis dedos de lija. Pero cuando la poesía acaricia mi piel veo como la lija se vuelve pluma y deja de despojar de óxido a corazones sin aliento.

Al igual el viento que surca el sustento de un cartel anticuado y tras su paso deja revelado un crepitar.
Volveré a escribir, sobre aquello que nadie ve y poseo. Versos caerán cuales copos, sobre las entrañas.