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domingo, 7 de octubre de 2012

Carta de una loca enamorada en una tarde de Domingo:

Hoy es un día gris, en la cúspide del mundo se concentra la niebla, mientras que aquí, con los pies en la Tierra, el Otoño viene como otro año más desnudando árboles. 

Una buena taza de té, algo de calidez para los pies y nada que hacer. Los ingredientes desgastados de una tarde de domingo poco productiva pero agradable. Solo falta que a la cabeza quiera estar inquieta y me remuerda la conciencia. Pero pensemos en positivo, eso no ocurrirá, por lo menos hoy. Una novela de suspense para entretener a la imaginación, aunque quedarán resquicios que capten la atención de la realidad, sintiendo efímero el cuerpo que hace unos instantes estaba en otro mundo, con otro nombre y otra vida. 

No quedará más remedio que surcar las calles, con las manos en los bolsillos en busca de evasión. Olisqueando el aroma de las calles, flores frescas aunque no de temporada, abrigos desempolvados tras un tiempo en el armario y humedad. Porque el rocío a cubierto aquello donde nos sustentamos con un ligero velo, haciéndonos saber que andemos con cuidado, pues lo que nos mantiene en pie puede hacernos tropezar y darnos de bruces contra el suelo. El frío se posa en las narices y pareces sacado de un cuento de Papa Noël, solo que existente ante la farsa (siento destrozar vuestras creencias de que un hombre que se alimenta de elfos entre por la chimenea, no se lo cree ni él). Pero bueno, si ello hace feliz a los monstruitos no sabemos nada, bueno sí, que viene con un trineo de renos pero no se le puede ver. Aún no ha llegado el invierno pero su esencia deja huella en las demás estaciones. 
- Hoy no hay que buscar sentido a nada, solo un suspiro, un día de alivio frente a la cruda realidad. Vida no es vivir si uno se consume con desgracias y pesimismos, aunque de vez en cuando no vienen mal. 
Bostezar, tiritar, parpadear y con los ojos lagrimosos ver los pequeños detalles que hoy se encuentran para que ningún estúpido los vea, excluyéndote a ti. Las hojas de los árboles, los troncos humedecidos, los pájaros huyendo... ¿y mis mariposas
Resulta reconfortante el vacío que se encuentra en las playas.  Por una vez podíamos ser los dueños de ella, aunque no todo el mundo lo comparta. Sinceramente hoy es un día precioso, estoy enamorada y mi amor esta a mi vera. Revelándome contra el mundo, digo que me encantan las tardes de domingo. Quizá vea lo que otros no pueden ver y por supuesto, sienta.