Seguidores

domingo, 19 de mayo de 2013

Brújulas e imanes

No eres el único que dibuja pájaros en alambres de espino.
Como tampoco el que ha pisado tierra hostil y sigue en pie.
- Corazón, crees saberlo todo, pero te diré una cosa, no
tienes ni puta idea de nada, excepto de amar y errar.

Cerrar los ojos bajo el mar azul, aguantar la respiración, sacar la cabeza, respirar, probar el sabor a sal de los labios, caminar hacia la orilla y sentir que el mundo se escapa de las manos.
La tierra dejó de ser firme el día que fui versátil. No coexisten los latidos conmigo, pues ellos decidieron seguir sin mi y yo me quedé aquí, atrapada en un cuerpo que en vez de dejarme volar encarcela mi existencia  en cárceles de pluma y tinta. Y contra mi voluntad llora una niña cual voz me resulta familiar.

Las brújulas dijeron aléjate y eso hice, pero acabé ante ti, porque no sabía que el corazón tenía imán. Pensé que hacía lo correcto, tú eras el caos que me hacía dudar. Me oscilabas entre el amor y la razón, hasta no saber tan si quiera si soy persona.
Mi pelo empapado cubría toda mi espalda, las gotas hacían cosquillas, pero no tenían comparación con lo que tu presencia causaba en mi estómago. Intenté convencerme de que no estabas ahí, pero tampoco sabía que tus ojos tenían imán. Me odio por ser incapaz de hacer nada por mi que me aleje de ti.
No hay guía ni manual de primeros auxilios para amar o ser amado, por eso sangro por dentro, estoy rota mientras mi razón me consuela y reprocha. Suele decir "la próxima vez....", esperemos que no haya próxima.
Siento como la voz huye de mi pecho, llegando hasta tus labios, pero esta vez ya no te quiero o al menos no del todo.