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viernes, 10 de mayo de 2013

Pour toi, Paris n'a pas de lune

Huele a Otoño, a hojas secas, libros viejos y humedad. Aunque hoy no estás en el aire, he decidido darme un respiro. Para pensar sin ti, porque solo hablaría mi corazón. Asleep

Sueña ruiseñor entre los cerezos en flor
abrígate con tus plumas porque hoy muerde el frío
en este extraño lugar. Donde nada es lo que parece
porque siempre lo fue.

El gentío hoy solo son murmullos. No hay golondrinas en mi balcón, ni Romeo esta esperando abajo, viéndolas cuchichear sobre mi sujetador. Porque hoy no hay nadie, excepto yo. He decidido encerrarme en mi. Arropada entre libros y café, por eso, si entrarías, olerías a vejez o poeta delirante. Y si te pregunto que mires a una ventana y me digas qué ves, no me respondas un paisaje hermoso, por favor. Sé perfectamente lo que hay ahí fuera, como también sé que no solo son árboles, a la derecha hay un cuadro de una mujer, aferrándose a sí, a la izquierda dos hombres besándose, un boceto, las cortinas están enmarañadas y si nos fijamos mucho en el cristal derecho podemos ver a la chica que sacó la foto (un trozo de su silueta). Me siento como Sherlock cuando observo una fotografía, son maravillosas. Pero no quiero llegarte a esa conclusión, si no que siempre  hay algo más. La vida no es simple, tiene muchas cosas que pasan desapercibido y muchas respuestas, pero hay que fijarse mas y sobretodo recordar. Los pequeños detalles pueden darnos un giro tan radical que parezca que hayamos vivido en otro cuerpo.

- Conozco al hombre perfecto. Capaz de besarte y hacerte el amor con unos versos. De sacarte sonrisas y lágrimas sin querer (y que sea de verdad). Que te haga soñar estando despierta y que los sueños parezcan realidad. Y ante todo que haga que veas la vida tan diferente como que por esa ventana no existen árboles si no París. Los libros mademoiselle.