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sábado, 19 de mayo de 2012

Murderer of nightmares I :When I was little.

La lluvia humedecía aquello que recorrían nuestros pies, empapando los huesos de los gatos callejeros que rondaban por las calles en busca de alimento, ya fuera suculento o no. 
Las ramas del abeto repiqueteaban mi cristal, mientras sus piñas creaban un estruendo que obtenía mi piel estremecida cual obsequio por sus habilidades del susto. Tenía la sensación de que algo, indefinido, iba a adentrarse bajo mis sábanas, morderme los pies y arrastrarme hasta debajo de la cama, donde no sabía qué, pero algo habitaba entre el polvo y las pelusas. 

__¿Cuando dejaré de temer a la aterradora oscuridad ?- Hablaba conmigo misma. Solo había un pequeño detalle y a la vez mi salvación que dormía conmigo, un pequeño oso de peluche despeluchado. Los humanos me daban miedo, pero un objeto inerte y a la vez lleno de vida  me defendía con garras y dientes. Abrí los ojos tras la incomodidad de apretarlos con tanta firmeza. 
El abeto dibujaba monstruos en mi habitación, las cuatro pareces tornaban a mis pesadillas, engendrando a seres que jamás en la luz del día vi. Mi respiración se aceleró, descontrolando mi pequeño corazón inocente. Hundía la cabeza en la nuca de mi pequeño oso, recordando el olor a cerezas que poseía, ya que antes de sostenerle entre mis dedos había ido a robar cerezas al huerto de un viejo cascarrabias. Cuyas cerezas eran todo lo contrario a su carácter. 

__Duérmete, duérmeme...- Pedía a mi conciencia intranquila. Pero cómo no, me negaba a hacerme caso. Hasta que de pronto, el ruido proveniente de la calle dejó de retumbar en mi cabeza, poco a poco, convirtiéndose en un susurro y luego en algo ininteligible. Mis labios se suavizaron y mi cuerpo quedó en la cúspide de la relajación. Mi pequeño salvador consiguió dormirme con su ternura y suavidad. Derribó a monstruos, fantasmas y acabó con la oscuridad. Aunque la luz que desprendió duró escasas horas, pero él luchaba por mi día tras día. Hasta lograr tranquilizarme, asesinar mis pesadillas y hacer que fuera feliz allá donde mi razón estuviera. 

__Es increíble como los niños se refugian en algo exento de vida que les de la esperanza y retire los tormentos que causa la imaginación. Es increíble verles dormidos aferrando un osito de peluche, el cual lucha todas las noches para sosegar el miedo y cuando somos mayores... ¿en qué confiamos para liberarnos de nuestros miedos? En nadie, puesto que solo, SOLO, nos tenemos a nosotros mismos y en ocasiones nos engañamos.