Seguidores

domingo, 19 de agosto de 2012

Diciembre en los labios:

Ansío volver a mi invierno, salir al porche con una taza de té y notar la escarcha en los labios. La humedad entrando por mi piel y dejándome una sensación que muchos repudian y otros tantos como yo aman. 
El reloj huye de mis pausas, necesito saborear la vida y no tener la sensación de quedarme con la miel en los labios; a su vez, me retiene en su custodia, decidiendo mi "cuando".

Pienso en todos los momentos que desearía tener grabados en mi memoria, pero con exactitud, ya que muchas partes quedan en el olvido, esperando a ser recordadas, las voces, las sensaciones, quiero, DESEO, poder controlarlo, pero me es imposible (esta palabra comienza a hartarme). Entonces cierro los ojos y respiro, hasta que mis pulmones no dan más de sí. Hoy es un día espléndido y hay tantas cosas por hacer...  Abro los ojos y con una mueca, huyo de mi propia existencia. Como si mi sombra me persiguiera y quisiera escapar de sus zarpas. Porque hoy no manda el tiempo, mando YO. Soy una nueva yo, con la sensación de que ha florecido una nueva vida dentro de mis pulmones, como si un árbol echara raíces sin avisar. 

La gente me mira extrañada, ¿qué demonios hace esa chica huyendo de NADA? Hay cosas que otros no ven, huimos y los mortales no saben por qué (aún sabiendo que a ellos también les ocurre, no soy una excepción), solo saben hablar de ti e intentar hacerse un tercer grado sobre "tu huida". Es absurdo, pero así somos. 
El océano se encuentra a escasos metros y como una descerebrada que me considero, siendo el primer paso reconocerlo, me zambullo en sus aguas cristalinas. Desafiando a las olas, sopesando que nunca ganaré la lucha. Entonces unas manos mas gélidas que el propio frío oceánico, me sacan de mi sumisión. 

- ¿Sé puede saber qué pretendes?
- ¿Nunca has deseado desaparecer? Tan solo quiero ser como un libro olvidado en una biblioteca y tú me sacas de mis sueños. 

Ilusa. Realmente mis sueños se basan otra vida. No poseo propios sueños, vivo los tuyos mientras los míos campan a tus anchas.