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domingo, 1 de septiembre de 2013

ÁNGEL

Aún las estrellas tiritan en el cielo, aún el cielo sigue con sueño y siento que 'aquí dentro' no va a despertar.
'Aquí dentro' siempre hace frío y siempre llueve, huele a humedad y a hierro.
Aquí soy de hierro y llueve cuando lloro por dentro. El cielo cumple mis deseos como un fiel genio, abrigándome de este Invierno tan estremecedor que me embriaga. Quiero que bajes la oscuridad del cielo, arropame en las nubes grises, juegas con la ventaja de que siempre haces buenas mis noches. Soy un gato relamiéndose las uñas que tiene las de perder, qué le voy a hacer, decidí jugar apostándome y acabé perdiéndome en tus ojos de hiel.
Era un gato que no dudaba de sí, capaz de besar la luna por demostrar más valentía que el ardiente sol. Eran tantos mis 'eres' que en un presente fui error. Pero ahí no esta mi 'final feliz', fui un error compartido, y ahora me pesa el corazón pese a la razón que busca sabios dónde no los hay.
Voy a confiar en que más abajo no se puede caer, pues una vez en el suelo quiero sacar conclusiones positivas, como dicen tantas bocas, el asfalto se retrata en mi espalda, las nubes están preciosas y la brisa que baila las hojas es conmovedora. Y yo, soy la chica de las lágrimas de hierro que cayó de bruces contra el suelo, como también soy la chica de las lágrimas de hierro que se levantó del suelo. No será la primera, ni la última vez, y duele.
Ahora siento más que nunca las alas de mi espalda, he decidido soñar en mundo de catastróficas desdichas, ser soñador en tiempos hostiles.

Busqué un ángel en el claro de luna de un bosque lúgubre y me encontré en una realidad más tétrica, a la luz de una bombilla en un sótano de una casa en ruinas. Era un ángel y eso es lo que importa. Con su pelo de fuego ardiendo por su espalda, sus pulmones cansados de tanto dolor, sus ojos dormidos como mariposas, su piel esperando el amor y sus palabras de ceniza en cada rincón. Era la chica perfecta para que fuera el ángel guardián de mi.