Seguidores

viernes, 20 de junio de 2014

Moonrise Kingdom

Hoy, como todos los días próximos al verano o en el verano mismo, desato mi pasión por el cine y la lectura. Llevo mucho tiempo queriendo escribir en mi nueva página "criticas de cine" y por fin, voy a hacerlo.

Hace tiempo vi la película de "Moonrise Kingdom" por casualidad, me guié por la portada y sin querer descubrí una admiración por las que yo llamo "bailarinas" porque sé lo que siente al escribir algo con el alma, y no algo bello sino que sale sin pensar, escribir por escribir, dejar que fluyas, sólo quién lo vive es capaz de saber a qué se refiere, no es que no me quiera explicar sino que quiero que la gente "sienta".
Admiro el don de estas creaciones, y sé que soy feliz cuando las veo porque no dejo de sonreír y sin querer. Además siento que el mundo puede ser maravilloso y no porque yo quiera, sino porque estas películas hacen eso en mi. Y no sé por qué, de verdad.

Aparentemente es una película sencilla, un niño huérfano se enamora de una niña rica. ¿Cuántas crueles y dramáticas historias nos habrán contado sobre amor? Demasiadas quizá. Pero aquí la sencillez es la clave del juego, donde un guionista, con maestría nos transportará a un mundo irreal, lleno de vidas reales.
Estamos ante unos boy scout, una chica que lee y unos personajes cuanto menos curiosos.
El amor nace de cartas, en las que se cuenta lo que es, sin personajes grandiosos o héroes, no, dos personas que cuentan su vida tal cual es en cartas. Surge un amor infantil, de dos niños, un amor real. Dos personas alejadas del mundo o marginadas por sus formas de ser y pensar, dos personas que se complementan que se escuchan y no necesitan más. Vidas simples unidas por un afecto y una tímida admiración, son dos niños que se sienten comprendidos entre ellos, que no dejan de hablar y cuando por fin se encuentran disfrutan de su compañía.



Pero estas dos personitas entrañan algo más profundo que las cartas, su deseo de amar y ser amado. En la película parece que cuando viven el uno el otro al fugarse, su vida comienza a tomar sentido, comienzan a aceptarse y a desarrollar sus sentimientos reprimidos. Aún así no los muestran tanto, pero el espectador los ve, una mirada,una palabra... el verdadero amor creo que empieza con un interés irracional por lo desconocido, por un miedo al dolor y por una contradicción sin pies ni cabeza, exactamente lo que aparece en esta película.
Quieres amar, pero no quieres amar porque duele, pero no puedes evitar amar, entonces amas, sin querer amar, pero amas. Eso es. Pero lejos de una atracción física viene un previo conocimiento de la persona, unas cartas que son quienes escriben y un silencio físico. No es momento de besar, hasta casi el final de la película, pues un beso es mucho más que un beso.
Dos personas marginadas, repudiadas pueden conventirse en sus héroes porque tienen a su vera a quien les quiere, y pueden hacer todo por ellos. El chico, muestra su valentía desde un personaje con el patrón de "niño rarito de gafas" contradiciendo el propio patrón, mientras que la chica "rarita muda" muestra su fortaleza y su capacidad de independencia yéndose con él. En el bosque al que van, ambos dan a conocer sus conocimientos o instintos de supervivencia, lo aprendido y no lo memorizado, lo hacen.
Mi parte favorita es cuando bailan, cuando ella pone música y los dos se desatan sabiendo que son felizmente ridículos ante un mundo que no les entiende, pero ¿quién quiere mundo cuando sólo uno entre tantos te quiere?
Una película "deliciosa" como diría Oscar Wilde, exquisita. Apta para todos los públicos y lo más increíble es que hay tantas interpretaciones, porque un niño la puede ver, un adulto la puede ver y tener diversas percepciones maravillosas.
Un guión maravilloso también, sencillo pero entramado, cargado de posibles dobles sentidos (o así lo veo yo).
Me recuerda tanto a ti y a mi...