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miércoles, 27 de noviembre de 2013

Poesía de nuestra guerra

Sé con la certeza del soldado quebrado,
aguardando al destino, empuñando la vida
cual drama errante en arma blanca.

Sé el camino de la bala, cual alma cristalina
amando tu corazón y no sólo tiembla el pulso
si no que también la razón.

Sé que recuerdo tu semblante etéreo
en los suspiros de mi olvido, pensándote
para hacerme paradoja.

Sé que en esta guerra, de voz hostil, no hay
ni finales felices, ni honores impregnados
en medallas del color de la pasión.

Sé con la certeza del que sabe que va a morir,
que cual perro viejo lamerás las heridas de guerra y,
por una vez, sabrán a mi.