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jueves, 27 de octubre de 2011

Autumm in Wonderland

Hora del té Otoñal.
Queridos ocupantes del País de las maravillas, estáis invitados a la celebración del Otoño.

Minutos después, con la exactitud de un conejo blanco con un reloj entre las manos, el tintineo de una copa dio comienzo a la celebración.
En la paralela dimensión, aún no se sabrá cuando empezará, tan siquiera sabrán qué debe ocurrir. Pues el Otoño en otra dimensión pasa absolutamente desapercibido.
A mi, sin embargo, me hace soñar. Solo con mirar el reflejo de la taza de té, mi imaginación divaga por el laberinto, da tumbos, baila, se cae, sonríe. Esta completamente chiflada y un sombrerero grita por los cielos "las mejores personas lo están", no sé si creerle, pues a veces dudo de mi misma. Y también de la piedad que nombran en vuestra dimensión. Cuando respiro el olvido se me olvidan los significados de las palabras honestas, afables, benévolas... ¡como desees llamarlas! Pues aunque en otra dimensión de encuentren mis pies, soy humana.
Un nombramiento de mi nombre golpea mis oídos y despierta mi ensimismamiento.
- Emmm, esto... yo... estaba donde los humanos lo llaman "en las nubes". En esta dimensión no soy humana, soy una especie rara no reconocida por algún chiflado investigador. Me bajan del cielo para intentar ser perfecta y hacer como que presto educadamente atención, cuando realmente miro al vacío entre el traje deshilachado y la pared que no veo. Quizá este creando otra dimensión o tal vez solo sea un sexto sentido... definitivamente creo que todos tenemos ese sexto sentido.
Hora del baile Otoñal.
Es como un deja vu de películas Americanas, el chico más guapo con la más guapa. El chico malo se enamora de la chica buena, los chicos raros con los chicos raros... otra mezcla de vuestro mundo, siempre tenéis que basaros en la perfección. Para mi, la perfecta imperfección. Una mano en mi mejilla, sosteniendo el peso de los pájaros y la cabeza. Y viendo cuerpos estúpidos bailar. Creo sin conejo, que es la hora de volver a soñar...