Seguidores

viernes, 7 de octubre de 2011

"El laberinto del Arlequín"

Bailé con soltura en tu cordura, pues menester de arlequines es. Con una pizca de humor, tampoco sin escatimar.
La pobreza hace que me repudien tras "las apariencias no engañan"; los ojos de esos seres que llamáis humanos no dejan de clavar sus ojos en mis harapos, descosidos y de colores tristones.
Deberían envidiarme, pues mayor supervivencia que la mía no la podrán saborear. Tras años malviviendo en las calles de la Vida circense. Repleta de desapariciones, magia, acrobacias, risas, miedo y demás.
Un gato negro de mal augurio camina de mi lado, acompasando mis andares. Supersticioso no soy, por ello lo tomo como fiel compañía a pesar de no ser de fiar.
La máscara que sujeta mi rostro no es más que un ápice de debilidad que pasa desapercibido, pues la malas lenguas y las mentes ciegas no fijan en ello.
Detrás de ella, corroboro la existencia de unos ojos grandes y tristes, la tez húmeda de tantas lágrimas y los labios rotos por la brusquedad del tiempo.
Pero inconscientes sois de lo que capaz de ver mis ojos son. Cuan retorcidas son las almas de las personas que rozan tus manos por la calle. Desde las afueras "de la ciudad" tendrás la perspectiva objetiva que cual fuente de la eterna juventud todos ansían encontrar.
Un secreto e de contar, mis sentimientos (sé que tengo) son revelados a través de un piano, guardado en el rincón de mi mísero pensar. Por si acaso algún bandido dispuesto a robarlo se halle. Pues sin mi, no hay él y con mi, difícil ser.
Agotado tras duras penas, retiro mi cuerpo al lugar donde los sueños se hacen realidad, a la pura imaginación. Dulces sueños e de dar.

Versos diferentes al resto. Dejan ver un resquicio de lo que puedo referirme (sentido tienen) pero nunca sabrás con certeza a lo que se refieren, pues para ello debes ser yo. Soy uno de esos poemas que nunca consigo descifrar, por que nunca sabré por qué fueron escritos... realmente pasan desapercibidos tantos por qués...