Seguidores

lunes, 31 de octubre de 2011

Instead of an Angel


Noche, solo una, en la que el insomnio no llama a mi puerta. No me enseña la falsa "patita" y le dejo entrar. Esta noche, la única noche, las sábanas me muerden los pies. De reojo acaricio mi pie desnudo y echo en falta un calcetín, aunque su ausencia a dejado un contraste gélido entre mis manos; un contraste aterrador.
Lo mismo siento en mi espalda. Pues despierto desnuda, con frío y en la oscura soledad.
Un resquicio de luz se cuela por mi ventana, quién si no que la bella luna. Pero poco llama mi atención, eso o soy propensa a distracciones.
Mis ojos se percatan de unas plumas al borde de mi almohada. Mi real distracción. Me arropo con una de las sábanas y acaricio las plumas; mientras que una brisa devuelve las caricias a mi nariz y alza mis pestañas. Ya sé por donde se cuela el frío, la ventana se encuentra abierta. La cierro y tras de sí noto una presencia. Como si unos ojos estuvieran clavados en mi piel, pero miro y no encuentro los ojos buscados, tan siquiera un papel con la adivinanza que deseo encontrar. Absolutamente nada excepto vacío. Vacío humano, quiero decir, un bosque abrigado por la niebla es lo que hay si miras por mi ventana. Puedo pasarme la noche en vela describiéndote detalles, es lo que tiene nacer con dos ojos y curiosidad (una gran dosis de esta última).
Dejo la cortina entreabierta y busco mi diario. Y empiezo con un "ya no tengo sueño, pero sé que algo me espera ahí fuera". De repente, noto algo sobre mis hombros, digo algo porque no sé ponerle nombre. Quieta, espero el momento en el que mi corazón deje de sonar tan fuerte, quiero escuchar... pero me invade el momento de parálisis frente al acecho de la muerte (en frío es más fácil pensar en correr, golpear... pero cuando te ocurre no). Los ojos acristalados, el corazón desbocado y la sangre puro hielo...
De pronto se va con mi respiración, caigo tendida sobre la cama intentando percibir el oxígeno, pero es como si en la habitación sería inexistente de lo que necesitan mis pulmones.
Sé lo que ocurre, lo sé de sobra. Cuando mis ojos se nublaron, lo vi perfectamente. Es una especie de recopilación, como una carta rota que recompones trozo a trozo. Siento tu presencia, pero jamás puedo verte y cuando lo intento, aquello que me rodea sabe perfectamente lo ocurrido, e intenta que olvide. O me arrepienta y así nunca más volver a intentarlo. Rendirme es lo que busca el destino y estoy segura de que no sé hasta donde estaría dispuesto para conseguirlo.
Dormiré sabiendo sin saber que estás aquí, pues no puedo despertarme en una de las fases de mi sueño. Pero puedo dar punto y final a mi diario diciendo que eras un "ángel".
Si el destino destroza mis manos, no podré escribir, pero esto no hará que deje de pensar y lo maquine todo en la inolvidable memoria. No creo que me arranque la cabeza, así dejará de jugar conmigo.
http://www.youtube.com/watch?v=DVen9Nsw4cE&feature=related