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miércoles, 5 de octubre de 2011

I N V I C T A

Alzas la vista. Y en tu mundo se distingue una sombra, un borrón, que después fue una mancha, una silueta y MIS OJOS. Tornan tus estaciones a invierno, la blancura del más puro invierno, de la personificación de él.
Una suave brisa levanta el pelo, rozan y dan un aire de fiereza a ojos que no pestañean. Sabes quién soy, pero miras a ambos lados de los adoquines en los que te encuentras, buscando en las alcantarillas tus ratas, cual peste contienen en sus entrañas, y ahí las respuestas que te pudren por dentro y fuera.
Una sonrisa pícara hace que mi cuello caiga hacia atrás, levemente. Suspiro.

Crees ser Victoria aún viendo el nicho que cavaste con tus propias manos. Entre tus pies y los míos se encuentra tu tumba.
Eres la zorra que perdió la astucia. Mientras yo soy el hielo que petrifica, pues no quiero ahogarte con mi agua. Quiero que lo veas todo, mi éxito, mi fuerza, mi valentía, mi afán de superación, TU derrota y aún no he acabado. Quiero que lo veas con tus propios ojos.
Quiero que veas como bailo con soltura sobre tu cordura, como te retuerzo tus planes, como destrucción abraza mi piel desnuda y es la capa que engloba a la Reina Victoriosa.
Y cómo la corona de oro ciega a quién intenta hacer daño a mi persona. Tras tus ojos dejan de ver, soy el péndulo mental que te envuelve y hace que te arrodilles sobre mis pies.

Subestimarme. Recuerdo a quién sale de su guarida (una vez escondido por el depredador Miedo) e intenta luchar, no eres valentía eres derrota día a día. Débil, como la mala de los cuentos. Sin embargo tú, te tragas la manzana envenenada, eres el lobo que lanzan al río, la Bruja que cree comerse a Gretel, la serpiente que se muere por su veneno... eres la mierda en el país de la importancia.
Desde mi trono veo tu autodestrucción, resulta agradable ver como una persona no puede hacer nada contra ti. Como tu SUPERACIÓN hace enano a quién cree haberte superado. Incluso tu estupidez humana te delata. Te muerde por dentro ver mi felicidad, por ello crees creer que no es verdad, cuando la verdad es irrefutable.
Para mi, no eres ni laberinto. No eres persona. No eres el miedo en noches invernales. No eres quién para crear con mis palabras tus escritos.

Escritos patéticos, porque ni tú misma sabes argumentar lo que quieres decir. ASCO siento hacia ti. Y ni tan siquiera tus fotos serán más que mi imaginación, mi creación y éxito rotundo.
Siempre estarás en el inframundo, pues no me llegas ni a la suela del zapato.
Púdrete en tu puto mundo, púdrete mientras me llamas INVICTA.

Te caes en tu tumba. Eficaz como la muerte.
Me siento como Quentin Tarantino. Creativo, realista y destructivo. Y lo más importante SIN ESCRÚPULOS.

Escribes con E, E de ENFERMA.