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viernes, 13 de julio de 2012

¡Surquemos las nubes en globo!

Quiero un trozo de nube, esta mañana, nada más abrir los ojos a la luz del amanecer se me ha antojado uno. No costó desprender las sábanas de mi piel, otras veces acabo quedándome dormida porque no me dejan escapar. PD: Ojalá algún día me comprendas Mamá. 
Una suave brisa baila conmigo en el escaso escenario que permite mi estricto cuarto, es tan acogedor. Hoy es un día en el que no sabes qué hacer, aunque tengas una lista de cosas pendientes. Realmente, estoy indecisa. Cuanto más pasan los años, más me doy cuenta de que no logro adaptarme al tiempo, a 24 horas, pues se me hacen exiguas; también me doy cuenta cuanto cambio, incluso creo que me ha salido una pequeña arruga bajo el párpado y no miro a mi osito de peluche con los mismos ojos. 
Los pájaros trinan en mi balcón y todo parece sacado de un poema de Bécquer. Pero la cruda realidad me sorprende en forma de calendario, diciéndome sin hablar: "Hoy es un día más". Y con una mueca de aburrimiento pero no de batido, me propongo a crear un nuevo día, para que no digan una palabra que me crea náuseas: RUTINA. El mundo se teje en hilos de insignificancia, otra cosa es que estos con el efecto mariposa creen una catástrofe. Imaginad que pensamos, "el agua del mundo no acabará", insignificancia: agua, y de repente el mundo tiene sed y se la bebe dejándonos secos, catástrofe: la sed del mundo. Para ser exactos, la gota que colma el vaso o la mariposa que se posa en la rama de un árbol y lo tira. Quizá el cielo me devore cuando desempolve el viejo globo de la granja. Quizá sea el globo que colma el cielo. Algunos días, cuando me despierto, tengo la sensación de que la vida, mi vida, es mera comparación o se basa en un saco de ellas. Pero prefiero no volverme loca de remate y aprender a convivir con la locura innata. Hoy tengo un plan, hoy será diferente que ayer. Hoy volaré por las nubes, hoy desayunaré nube. Aunque el cielo para mi no tenga rumbo, ni coordenadas, me perderé conmigo misma, como tantas otras veces. Y descubriré algo nuevo, ya sea de mi o de los misterios del cielo.
Quiero hacer algo que me asuste, ¿para demostrarme qué? Absolutamente nada. Seguiré temiendo a las alturas y cada vez soy más mayor. Desde allí arriba puedo gritar, siempre he tenido pánico a hacerlo y que me escuchen. Mi corazón se encoje y solo sé sonreír, porque soy feliz (o eso creo). Subí pensando temer a algo y no temo absolutamente a nada, solo lo haré cuando mis pies se posen sobre la tierra húmeda.