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lunes, 23 de abril de 2012

Los ojos del pensar:

Puedo escuchar como mascullo, pero ni tan siquiera entiendo lo que mi voz quiere decir. Es impensable. 
Poso los dedos sobre mis costillas y aprieto la ropa, quebrando los hilos sin percatarme. Mi corazón esta sosegado aunque al ínfimo descuido acelerará sus latidos, es como dormir en silencio, escuchando el crepitar de la madera,el repiqueteo de la lluvia en el cristal y una leve respiración en el cuello, mientras crees estar en soledad. Abres los ojos, tu corazón se desboca y ensordece tu interior. 


Las palabras, aturdidas, confunden tu equilibrio y caes. Mi cuerpo se precipita, pero no sé a donde quiero llevarme a mi misma. Dudo de mi, ¿cómo no voy a dudar dadas las circunstancias?
Entonces, de pronto, me hundo en el agua, frío despertar y eficaz reacción. Encuentro el equilibrio que hace no sé cuánto tiempo perdí, encontrándome a mi misma, acostada sobre un colchón al lado opuesto de la respiración. Siento escalofríos perseverantes de los pies a la cabeza. Y el tiempo... dejo de escuchar el reloj, parece ser que no existe. Hace tiempo le escuchaba, hace escasamente tiempo. Se ha congelado. 
__


Mis ojos se detienen en los suyos. Pero reacciono, esta vez no habrá equilibrio que perder. Todo es tan sencillo como hacer creer que la confianza existe, que se encuentra en mi y la esta rozando. El resto lo dirá el lenguaje corporal. Su puño apretado en el interior del bolsillo izquierdo, sus ojos inquietos buscando escapatoria, su sonrisa hipócrita, sus piernas cruzadas, incomodidad ante todo. Justo el momento exacto para adentrarme, sus ojos. Fíjate en sus ojos, clava tu pensar en sus pupilas a través de la mirada. Escuchas el eco difuso de las palabras que pronuncia, tu cuerpo actúa por si solo con total serenidad, sonriendo cuando es necesario y asintiendo con la cabeza. Para no rebuscar palabras que contestar, si un ser humano esta de acuerdo con otro ¿hace falta discutir? 
Estas dentro, pero cualquier paso en falso, cualquier respiración agitada te expulsará. Si tienes miedo, lo ocultas y el efecto mariposa se sustenta en ti nada, absolutamente nada, habrá servido de algo. Respira, sigue con tus pautas, busca y encuentra el interior. Desconfía, si no desconfías nunca conocerás a una persona. 
Cuando salgas, acuérdate de decir que no tienes tiempo y debes irte. El tiempo... se congeló.


__ Vete, reflexiona y saca tus propias conclusiones, el mundo puede ser sorprendente. Y si es una persona, aún más.