El otro día sacamos Andrés y yo estas fotografías de un felino de ciudad. La verdad es que no tenía pensado sacarle fotos a él, ni tan siquiera se me había pasado por la cabeza. Intenté hacerle una foto, pero temí a que huiría, se encontraba bajo una farola y un muro de piedra.
Esta pequeña se bajó del muro y llegó hasta mi, que llevaba la cámara con las dos manos. Sorprendidos decidimos dedicarla mimos y como no, fue mi modelo haha
La foto del ojo fue la más complicada, ya que no se estaba quita y hacerla con "el pequeño truco" aún lo dificultaba más. Pero lo logramos, Andrés la sujetó un poco la cabeza (sin hacerla daño) y ¡lo conseguimos!
Estoy muy orgullosa de la fotografía del ojo. Era un reto conseguido y me encanta superar mis propias metas. (Fueron unas 30 fotografías del ojo y solo una salió perfecta). Disfrutad.