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sábado, 8 de septiembre de 2012

Monstruos de la ciudad:

El cielo es de un azul oscuro casi negro, soy un búho mientras la ciudad duerme. Alguien que se encuentra fuera del alcance de tus pupilas. Hoy crezco entre las luces de la ciudad, entre el humo y la desolación. Destrucción, devastación, exterminio y catástrofe forman los pilares de la vida. "Todo el mundo recuerda la historia, pero no la sangre" A.L. Los pilares sobre los que todos nos sustentamos y donde solo me importo yo. 

Sintiendo el vacío en mi pecho, siendo persona y dudándolo a cada momento. Me sumerjo en las lágrimas de los frágiles que lloran esperando que cuando caigan exhaustos y duerman, al despertar nada haya ocurrido. Las gotas eluden mi cuerpo, pues no tengo explicaciones que aportar a la estupidez humana, solo diré que no tiene límite. 

En las calles, un día, rugieron la Revolución, la Actitud y la Poesía. Invadiendo a corazones sin razones, sin nada que perder y un sueño por el que luchar. La sangre aún fluye por los adoquines, buscando a sus dueños y no pararán hasta encontrar justicia. Una palabra preciosa que brilla por su ausencia, atrae la esperanza que luego un ser humano juzgará, por ello, IN nunca se separará de su fiel JUSTICIA
En las calles, se alzaron las voces, retorcieron las entrañas del mundo y despertaron al monstruo, que se encuentra cuando señalan vuestro pecho con un dedo, ahí, pero más adentro. Entonces las bombillas se fundieron.
En las calles, las razas fueron motivo de asesinato, nunca sabrán que fueron PERSONAS. Saciarse con rivalidad, que el monstruo devore aquello que se cruce en su camino y decida cuándo y dónde

Cuando la lluvia empape tu alma, acaba nunca empieces. Levántate mientras la libertad te tiende la mano, mientras la ves pero no la sientes, pero sabes que lucharás por ella, por ti. Escribieron algo increíble, los derechos humanos, el problema es quien no los tiene en cuenta.
Cuando caminas por la calle, ese hombre piensa en su libertad condicional, esa mujer es xenófoba, ese chico luchó contra el mundo por besar a su mismo sexo, la jóven de la esquina sabe que al llegar a casa su padre la pegará, porque no ves los moretones debajo de la ropa, ese chico sonriente intenta buscar soluciones con optimismo y tú luchas contra el mundo que no ves y un día, de repente, ataca sin piedad. Mírate un espejo, no eres nadie, demuestra pues lo contrario. A ti no, a la ciudad. Intoxica tu alma, solo así dejarás de tener piedad. Te daré una pista, los grandes murieron y hoy todos son pequeños respecto a ti. 

Hoy vuelvo a casa, vuelvo a la cuna de mi existencia, para renacer. Dulces sueños, ciudad.


No tienes ni idea de quién soy.  Arráncame la piel, llega a mi corazón, solo lo sé yo. Las apariencias engañan y una cara dulce esconde una bestia en sus entrañas. Nadie me conoce hasta que llega el momento. Nadie la conoce hasta que llega su momento. Haz que luche por mi, sabrás quien soy porque no tendré piedad.