Andar con decisión, mantener la vista fija al frente y arrancar los ojos que se clavan en ti no es fácil, pero por lo menos se intenta. Hoy eres fuerte, más que ayer y menos que mañana, pero poco a poco, aún es pronto.
Los humanos tendemos a ponernos metas y comprometernos hasta que la muerte nos separe. "Veo que poco a poco, cuanto más segura/o estás de ti, más sonríes, no sabes lo feliz que me haces". Oigo tus pisadas desde el final de la calle, veo que has empezado fuerte. Parece que la ciudad acompaña tu día, hoy todo puede ser perfecto. Metes las manos en el abrigo y no por inseguridad, simplemente tienes frío, pero es una sensación agradable, algo que no sabe el señor que esta en el balcón con una manta hasta las orejas enfurruñado consigo mismo.
Después de correr, saltar y sentir como la euforia hace cosquillas, llegas a casa. Y el mundo, tan testarudo como siempre, decide colmarte de noticias que hagan que quites esa estúpida sonrisa de tu cara. La familia sigue amargándote los días, tus amigos no son lo que parecen y la vida es maravillosa como para estropearla. Por eso gritas, dejas a todos atónitos y coges de la mano a tu felicidad. Escapas con ella para ser mejor persona, para huir a lo que crees que te mereces y es mejor para ti. Hoy es tu día y absolutamente nadie puede arrebatártelo. No necesitas apoyo de la gente que dice quererte para hacer lo que más te plazca. Ser feliz.
- Esto no es una historia de amor, es ser egoísta. Egoísta por ser feliz, sentir el sol y sonreír. Por una vez, habrá que serlo, pero nunca en exceso.
En la foto: Dos personas egoístas de su propia felicidad, Eva Rodenas y Sara Sánchez (en la foto al revés)
