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lunes, 23 de enero de 2012

Lluvia:

Hoy es uno de esos días grises, en el que antes de especificar su color, aún en la fase final de "somnolencia matutina", entreabres los ojos adormilados y te estremeces por la calidez de tus sábanas. 
Despiertas forzosamente los párpados y percibes los resquicios de luz nívea que penetran por las rendijas de la persiana. Pensando, hoy es otro detestable día de sol, pero nos equivocamos o por lo menos yo. Hoy es uno de esos días lluviosos y grises, donde no ves más allá de tus narices por la niebla, hoy, es uno de mis días predilectos. En los que abro la ventana aunque haga más frío que en el mismísimo polo norte, aunque esté el resto del día con la nariz roja. Es mi día y a pesar de despreciar la rutina, soy feliz. 

Cuando el cielo es gris y la lluvia humedece hasta los huesos, cada recoveco de la ciudad es mi hogar, mi dulce hogar. Danzando por los adoquines y oliendo... ese olor que respiras cuando llueve, no sé describirlo, haciendo acrobacias y precipitándome con una sonrisa y en el centro del charco, a pies juntos. Escabullendo mis pupilas y pies de miradas que desprecian y susurros de infelices. 
Llegar a casa y correr empapada hasta mi jaula, coger mi adorado diario de mariposas (ese ser vivo tan increíble) escribir, escribir y escribir, hasta deje de escuchar el repiqueteo de la lluvia en mi cristal. Acabar de relatarme y dejar un hueco para unas pocas gotas de lluvia, estrujando el pelo con la punta de los dedos. A la larga no existirán, nadie excepto yo sabrá que existieron hace años unas cuantas gotas de un día gris lluvioso. Y sonreiré sabiendo que mi alma gemela me mire con curiosidad y se pregunte que diantres hago, solo con mirarme a los ojos descubrirá el porqué de mi sonrisa y se irá riendo tras el marco de la puerta.
Desgraciadamente, hoy no no están las golondrinas trajeadas en el nido de debajo del tejado, no es día para que los pájaros canten, pero si yo fuera pájaro lo hubiera hecho.
Otros desprecian mi día, no importa, pero prefiero no escucharles y ellos preferirán no oír mis motivos. 
Escribió la lluvia.