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viernes, 16 de diciembre de 2011

La gota que colma TU vaso:

Unos versos cualquieras, deshilachando cualquier atisbo de cursilada. Dedicados al corazón:

Kryptonita da poderes, siento confesar que no poseo un trozo. Tampoco seré la princesa que lanza sus cabellos desde la más alta torre y espera, viendo la vida pasar con la muñeca sujetando la mandíbula; tan siquiera una de esas muñecas de cristal; ni una sonrisa diaria repleta de la más astuta mentira; tampoco calabazas ni hechizos rotos a partir de medianoche pues no poseo hechizo alguno entre mis manos; no crecen flores tras mis pasos, ni me gusta adornar mi pelo con ellas; tan siquiera mi voz es dulce y armónica; odio los cuentos de hadas.
Sin embargo soy la gota que colma tu vaso, la lluvia que empapa tus párpados y por un resquicio llega a tus entrañas para dormir en la jaula que tienes por corazón; aquel ser bipolar que de la noche a la mañana cambia sonrisas por malos humos; que es sí misma para ser tú, cuantas veces te habrás preguntado: ¿por qué dicen tengo dos caras como la luna? Frente a un espejo no te ves a ti, me ves a mi pero siendo tú; quien no necesita una dulce voz para embriagarte, simplemente con el tacto de tus dedos por mi[tu] piel lo dicen todo; soporta verte llorar sin llorar; quizá también sea tan fría como el hielo y contigo... (no sé que soy contigo...); además no va en carroza, llevo unas zapatillas converse allá donde mis pies pisan (siguiendo tus pasos); la guinda que le da sentido a los pasteles y quién se disfrazaría de calcetín (dejando atrás toda no originalidad) mas tú serías mi otro calcetín (la pieza que me falta y encaja); entiendo tu razón y co-razón, da vuelta a este último y para rematar le desboca; por añadir soy la R- de tu evolución, dejándote intranquilo en noches de insomnio y durmiendo en tus sueños sobre tu pecho; quien te vuelve loca y desquicia cada atardecer; quién si no yo, para [des]escribir.