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miércoles, 7 de diciembre de 2011

Tercer día de Diciembre [...]


En cielos como el de un ayer, echo de menos salir debajo de un puente, saber que estoy mojando mis miedos y empaparme del más dulce amor.
Aferrar tu mano como si fuera a perderla y salir bajo la techumbre de un puente para que digas con tu dantesca voz:

- Besé a la lluvia bajo la lluvia.

Y justo en ese precioso instante, mirar a tus ojos vidriosos y saber que la lluvia que caía era la última de tu mención y la primera no podía ser menos que mi propia piel. En esos instantes juré oír un pianista recostado en el aire, apoyando sus dedos con decisión sobre cada tecla y tocando mi canción, quise decir, nuestra canción. 
Para esto, hay una canción. Para todo romance hay un poema y para cada sentimiento hay una sensación. Y creo recordar, vagamente con ironía y dulzura que para tu jaula solo existe un ángel y ese ángel...